-No, no estaba prestando atención. Ya que la tenía más de cerca, pasó la hoja de su libreta y decidió hacer un nuevo boceto rápido. De hecho giró un poco alrededor de la mujer, ladeando la cabeza para capturar su gesto lo mejor posible.-

- Rodó los ojos con hastío. ¿Es que no la había escuchado? Al menos pudo esforzarse en continuar el halago.- Por supuesto. Soy una diosa. ¿No prestaste atención?

-La escuchó muy atento, hasta pausó su boceto. Esperó a que terminara de hablar, ladeando la cabeza a la derecha.- Solo puedo decir que tienes finas facciones. -Iba a ser difícil hablarle, la conversación solo iría en una dirección.-

Sé lo que vas a decir. Es el rostro de una conquistadora innata, dueña del cosmos, a quien todos deberían arrodillársele apenas llega. Es bastante obvio, midgardiano. Estás frente a tu diosa y reina.

-No dejaba de mirarla a ratos, atento y concentrado, garabateando en su libreta, haciendo que el lápiz bailara suavemente sobre la hoja. La escuchó hablar pero le tomó un par de segundos responderle, estaba muy ensimismado.- Tu rostro...

Un midgardiano silente. ¿Qué es lo que estás haciendo en esa libreta?
-Tras descansar las manos en la cintura, se acercó, a paso lento y elegante, a ver qué plasmaba.-

-La miró muy fijamente, ladeando la cabeza a ambos lados. No dudó mucho y sacó su libreta, junto a un lápiz.-