Aunque escucho cada palabra del menor solo una quedo constante en sus pensamientos. ¿Había dicho que trabajaría en un zoológico? De pronto las ganas de ver aquello lo carcomían y que mejor que después de ese lugar fueran a otra parte? Estaba realmente entusiasmado pero algunos warnings saltaron en su cabeza. ¿Querría el rubio ser visto mientras trabaja? ¿Cómo debía convencerlo para lograr verlo en esa faceta?

Ya que sabía que era una especie de libro abierto dejo de pensar y simplemente expreso su sentir al menor. Seguramente en su cara ya se estaban viendo completamente sus intenciones.

–Imagino que vas a querer que te despierte por la mañana...y en realidad yo no tengo nada que hacer en todo el día así que no sería un problema para mí hacerlo. Después de todo soy una muy buena persona. Y como las buenas personas merecen cosas tan buenas como ellas pensé que sus novios les dejarían verles trabajar hasta que puedan tener una cita. ¿Es eso correcto?–