quien otras incontables veces había salvado personas, una persona que vivía por y para los demás, entregado en cuerpo y alma a su deber. Siempre fiel a su lema personal, los hombres justos siempre deben enfrentar el mal. Era una ironía tan cruel que daba risa. Haru aspiró un poco del humo del tabaco, saco el cigarro de su boca para expulsar la nicotina de sus pulmones y tras eso una sonrisa sarcástica apareció en su rostro.

—Imagino que la vida es un chiste y por eso me estoy riendo. —

El menor se limito a asentir con la cabeza, se levantó y camino lentamente hasta la puerta del despacho. Salió fuera del edificio sin que su expresión cambiara. No se detuvo continuo caminando por un largo rato sin pensar en nada en especifico, sin sentir si quiera nada. Los minutos pasaron y el ya se encontraba en uno de los lagos cercanos a Manchester, afortunadamente no había mucha gente. Se sentó en el verde césped, llevo su diestra hasta uno de los bolsillos de su pantalón para sacar una caja de cigarros y un encendedor, sin esperar más saco uno de los cigarros de la caja, lo encendió e introdujo el filtro en su boca.

—Supongo que este es el final del camino del héroe de la justicia, ¿no? —Nunca se considero a si mismo como un "héroe", ¿pero acaso no era una ironía de lo más cruel lo que le pasaba? Que su vida estuviera a punto de extinguirse, EL, quien puso su vida en riesgo incontables veces por el bien del desvalido {...}

—Cáncer. —Dijo con frialdad el doctor más reconocido de la asociación de magos.

Haru se limitó a mirarle en silencio, no lo esperaba pero tampoco le sorprendía sabía perfectamente que a sus treinta y tres años estaba viviendo sus últimos momentos, rodó sus ojos pues sabía que aquel doctor estaba a punto de explicar la causa que el ya se imaginaba.

—La causa, usaste en exceso la magia curativa para reconstruir los tejidos de tu cuerpo incontables veces, sabiendo las consecuencias que traería eso, lo mejor para las heridas siempre es que se curen naturalmente. —Hizo una pausa, alzo una ceja al notar la inexpresiva fas del azabache. —Eres demasiado necio, si tan solo te hubieras tomado las cosas con calma esto no tendría que pasar. —Junto sus manos, con solo verle la cara al contrarió se notaba que no sentía ninguna empatia hacía su paciente. —No te queda mucho tiempo. —Concluyó con desgarradora frialdad. {...}