Frunció el ceño, claramente era mas pequeña junto al joven frente a ella, no le costaría aceptarlo, pero su orgullo podía más. —Podría patearte, pero arruina mis zapatos

Trago su risa en un gesto claro se burla, Bego suavemente chasqueando su lengua.
—Enana.
Midió su estatura con su mano extendida comarandol con la de él. Le llegaba al pecho.

Inflaba las mejillas, en clara forma de puchero infantil. Se contradijo en sus acciones. —Solo soy de estatura pequeña. No parezco una niña, creo.

Lo siento, young lady

—Es una niña.

—¿Niña? Disculpe, señor, pero no soy ninguna niña…

Que niña tan corrompible.