ーSi somos degustadores, me vestiré como el crítico de esa película que vi alguna vez. Donde un roedor ayudaba a un chico a cocinar. Algún día haré los platillos que salgan ahí...ー Quiso continuar con la broma, imitando un poco las acciones del personaje "Ego" de aquella película, parándose completamente erguida y con un rostro lleno de seriedad pura, el cual no duró más de 2 segundos, pues comenzaba a reír a carcajadas, al tiempo que quería seguir comiendo aquel helado con fresas que llevaba en su mano. ーLo siento, lo siento, no puedo evitar acordarme de esa película, es muy buena. Deberías verla algún día. O tal vez ya lo hiciste.~

La falta de modestia ante su gusto para escoger helados, provoca en Rooss una corta carcajada por lo gracioso de sus gestos, resulta que cada día es una nueva aventura cuando se trata de compartir al lado de Häst, pues ella tiene esa chispa que consigue hacer de cada cosa por muy sencilla que parezca toda una maravilla
─ ... lo ves! Somos buenos inventores, podríamos prosperar inventando nuevos sabores de helados... o quizás siendo degustadores ¿Que opinas?... ─ claramente solo bromeaba, pero le gustaba escuchar su opinión sobre temas aleatorios siempre que podía pues le parecía divertida; aquella chispeante sensación sobre su paladar aún se mantiene haciendo agua su boca por el delicioso sabor de las fresas, pero eso no lo cohibe de mostrarle su atenta sonrisa.

La promesa estaba hecha, ya no había marcha atrás. Entonces, continuando con la degustación del helado, le llenó e satisfacción el que le haya gustado a que sabor poco común de su elección, por lo que sonrió hacia el contrario, y probó otro poco de su propio helado, antes que Rooss le ofreciera del suyo. —Tengo muy buen gusto, lo sé... pero ahora, toca probar el tuyo...— Y terminando la frase, se acercó a probar aquel cono de tres nomás de helado. El simple olor le parecía delicioso, pero al probar, su rostro expresó completo gusto, tanto que hasta cerró unos segundos sus ojos, solo para poder apreciar de mejor manera el sabor. —No puedo creer la delicia que estoy probando. Es riquísimo, Rooss, y las almendras le dan ese toque tan crocante y exquisito. También tienes muy buen gusto.~

Ambos meñiques se entrelazaron, sellando así su promesa; disfruta de su helado, pero estaba claro que disfrutaba mucho más de la compañía de Häst. Tanto así que por esos instantes se olvidó del tiempo.
— Ahora ya es una promesa Häst... —dijo, antes de probar su helado una vez mas, sin embargo fueron las palabras de la joven la que curiosamente lo detuvieron centrando su interés enteramente en ellas.
— ... Claro! yo dejaré que pruebes del mío... me has dicho que te gustan las almendras, seguro te recordara ese sabor peculiar de tus golosinas... — se acercó un poco para probar el helado de su contraria y aquella mezcla tan interesante golpeo su paladar con una explosión de sensaciones divertidas y deliciosas...
— mmm... esta delicioso, creo que no tienes mal gusto después de todo... — comenta mientras relame sus labios para sentir nuevamente ese sabor — ahora es tu turno... ¿y dime que opinas? — acerca su helado para que ella pueda también saborear y dar su opinión al respecto.