-Desde ya un tiempo que el pelirrojo estaba dudando por completo sobre muchas de las situaciones ocurridas en el castillo, así como también de sus sentimientos, todo a raíz de una charla con su otra mitad, aquel siervo del verdugo, a quien solo veía a escondidas muy de vez en cuando. Pese a toda su negatividad, trató de pasar ese día encerrado en la habitación asignada para su costura, pensando y haciendo alguno que otro traje para si mismo.-
**Una vez que llegan al lago, es cuando el Verdugo se apresura hacia el Monarca, al verlo inerte a las orillas del lago para observarlo, mientras lo levanta levemente por lo hombros, para, mediante la sangre, y el corte que tiene, tan sólo musite.** ¡Agh! Maldito idiota, tenías que hacerlo... **Después de aquello, levanta levemente su manga, para tomar la daga con la que se hizo el corte, para, en seguida, hacer un corte, pero a su propio brazo, en el mismo sitio que se hirió el Monarca, para, tras agitar unos segundos los ojos, intentando pensar algo, tomaría la mano de, Rey, para expresar con firmeza.** Juro que por mi mano, tus hijos estarán a salvo, incluso de las cosas más absurdas con las que los pueda proteger... **Dicho aquello, en leve destello de aura se vislumbra, entre ambas manos, por un momento; siendo que, para ciando lo suelta, el sangrado del Rey se haya detenido.** Funcionó... **Musita (...)
