**Poco a poco, el mayor, entre caricias al torso ajeno, le va retirando la camiseta, al punto que, cuando lo ha dejado sin ella, se detiene levemente, para contemplar sus ojos, bajando levemente la mirada, a la par que, con sus dedos, recorre desde sus mejillas, parando por sus labios, su cuello, hombros, pecho; dejando un par de besos a los pezones, antes de continuar hacia su abdomen, e igual dejando otro beso en el ombligo. Para nuevamente subir a sus labios, y susurrar al mismo tiempo que jala los mismos, levemente entre sus dientes.** No tienes idea de cuanto te desee todo este tiempo...