/Las palabras adecuadas, así lo sentía ella. Los gestos y el simple hecho de que pudieran permanecer más tiempo de ese modo. Su ojo se cierra, estaba relajada, feliz de saber que al final, podría estar con Miruna de esa manera.

Haré incluso lo imposible para... Para poder ves siempre esa felicidad tuya.

/Asintió además, ¿qué otra cosa podría decir? No tenía palabras, solo la certeza de que así estaba más que contenta.

— Las palabras de Hanabi dan el impulso perfecto para un abrazo más fuerte y sentido, y la afirmación con su cabeza por el compromiso propio ante ella. Se quedaría, dando lo mejor de sí para hacerle feliz. —

Eso es lo que deseo. Que seamos felices, y...

—Sin siquiera completar su frase, la castaña ya se ha ruborizado.—

Quiero darte felicidad a ti, y a nadie mas.

/Ah. Ahí estaba la razón para dejar de lado todo mal anterior, la causa por la que podía estar tan tranquila a pesar de todo lo sucedido y el porqué su cordura es natural, pese a que se descontrole con antiguas provocaciones.
Había reído, suave y breve, demostraba de ese modo su agrado por las cosas que ha hecho Miruna por ella, por todo.

Sé que... Mientras estés a mi lado, seguiré siendo igual de feliz, incluso más.

— No era difícil suponer que Hanabi tuvo momentos de infelicidad. Ella misma se lo había confesado, y su cuerpo mostraba las huellas de un pasado doloroso.
Así como estaba, abrazada a ella y con el rostro alzado para sonreírle y apreciar su sonrisa, Miruna continúa hablando con determinación, y cariño.—

Hagamos lo posible por cuidar esa felicidad.

Y eso me alegra. Eres muy valiente ahora.

/Bastante, si lo meditaba a detalle, la recuerda perfectamente como alguien tímida en muchas ocasiones, aunque igual que antes, le seguía atrayendo tal mujer. La pregunta le hizo cuestionarse muchas cosas, los sucesos que le han ocurrido desde ese entonces no eran los más interesantes o, mejores, en todo caso.
Negó con la cabeza, librándose de tales pensares, solo para mostrarle una sonrisa.

Sí, en este momento, lo soy.

Ya no me intimida tu belleza, ahora sólo me encanta.

— Un pequeño guiño después. Sabía que ambas habían cambiado, y a la vez mantenían rasgos de su personalidad. Miruna recordaba a una Hanabi algo diferente a quien tenía en frente; ésto le hacía sentirse curiosa sobre las vivencias que habría experimentado.

Siendo rodeada por esos brazos, ella se recuesta suavemente en el pecho ajeno.—

¿Eres feliz siendo como eres hoy en día?

Y diste un gran avance. ~ Uno mucho más grande del que imaginaba.

/Terminó cediendo, todo gracias a lo suave de aquellos dedos. Sus brazos acaban rodeando la cintura de la castaña mientras una suave sonrisa se asoma. Efectivamente, todo es culpa de Miruna y su gran atractivo en todo sentido de la palabra.

¿Hm? Claro que no está mal. Necesitaba fortalecer mi personalidad para acercarme a ti.~

—De paso fue una caricia en los labios de Hanabi la que deja con el índice, muy coqueta en su mirar y en el propio tono de voz. Inevitable tratándose de Hanabi.—

¡ . . . !

/Repentino, una gran sorpresa. ¿Disgusto? Ninguno, solo el rostro ruborizado de Hanabi al rascar su mejilla con el índice tras girar momentáneamente la mirada. No se equivocó, Miruna se volvió una mujer increíble.

Eso puedo notarlo, no está nada mal. ~

Oh. Y además...

— Se propuso dejar un beso sobre la punta de su nariz. Agradecía en silencio, el ser capaz de tenerla en frente cada día. —

Ya no soy la chica tímida que conociste. ~