Κρυφή γοργόνα。
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Ssso1523970 · M
El albino daiyokai ronda ese húmedo y espeso territorio, el ecosistema era bien conocido por el demonio de largas orejas en punta, piel pálida, grabaciones a los costados del rostro en forma de franjas y una media luna en su frente, su mirada es seria y de color miel, su rostro es totalmente inexpresivo, su comportamiento tenaz y hostil.
Vestido con prendas clásicas del Japón y así mismo la pechera de un atuendo samurai, el demonio que entre otras características físicas contaba con una estola pendiendo de su hombro y unas katanas conocida como Tokijin y la herencia de su padre, la Tenseiga. Sesshomaru buscaba a su hermanastro, pues su rencor y la ansia de encontrar un tesoro mayor, uno que por derecho debía serle concedido... así, el hijo del gran perro del norte y uno de los más temidos monstruos del periodo sengoku esperaba dar con el paradero de su hermano, InuYasha.
Sus acompañantes Jaken y Rin estaban lejos, buscando seguramente provisiones para la noche que encajaba en el marco nocturno adyacente, sus sentidos le alertaron de una presencia no muy lejos de allí, emprendió ruta hasta ver a lo lejos una figura de apariencia humana, al menos se asemejaba pues su esencia es algo diferente, el yokai reconoció de inmediato al percibir un aroma inusual, desde la distancia y en dirección a un río que desemboca en un lago. Alistó sus garras de forma ofensiva, manteniendo ante todo la paciencia y serenidad, con su inmutable comportamiento serio; al llegar a la orilla de aquel lago se pronunció con propiedad. Sin embargo, esa esencia que trae el céfiro indicaba que se trataba de una de las criaturas más extrañas de encontrar en el periodo Sengoku. Si en realidad se trataba de eso en lo cual pensó, las cosas se tornarían un tanto distintas para la violencia a la que él está habituado a demostrar con tal de hacer respetar su legado, además no podía equivocarse, se trataba de una especie extraña, foránea y propia de los océanos.
Citó arrogante, digno y confiado de sus habilidades para encarar cualquier adversidad que se atreva a enfrentarlo. Sus sentidos agudizan la percepción ante cualquier estímulo en el ambiente, pero sus ojos mayormente centrados en el agua.
Vestido con prendas clásicas del Japón y así mismo la pechera de un atuendo samurai, el demonio que entre otras características físicas contaba con una estola pendiendo de su hombro y unas katanas conocida como Tokijin y la herencia de su padre, la Tenseiga. Sesshomaru buscaba a su hermanastro, pues su rencor y la ansia de encontrar un tesoro mayor, uno que por derecho debía serle concedido... así, el hijo del gran perro del norte y uno de los más temidos monstruos del periodo sengoku esperaba dar con el paradero de su hermano, InuYasha.
Sus acompañantes Jaken y Rin estaban lejos, buscando seguramente provisiones para la noche que encajaba en el marco nocturno adyacente, sus sentidos le alertaron de una presencia no muy lejos de allí, emprendió ruta hasta ver a lo lejos una figura de apariencia humana, al menos se asemejaba pues su esencia es algo diferente, el yokai reconoció de inmediato al percibir un aroma inusual, desde la distancia y en dirección a un río que desemboca en un lago. Alistó sus garras de forma ofensiva, manteniendo ante todo la paciencia y serenidad, con su inmutable comportamiento serio; al llegar a la orilla de aquel lago se pronunció con propiedad. Sin embargo, esa esencia que trae el céfiro indicaba que se trataba de una de las criaturas más extrañas de encontrar en el periodo Sengoku. Si en realidad se trataba de eso en lo cual pensó, las cosas se tornarían un tanto distintas para la violencia a la que él está habituado a demostrar con tal de hacer respetar su legado, además no podía equivocarse, se trataba de una especie extraña, foránea y propia de los océanos.
- Este aroma... ¡Muéstrate!-
Citó arrogante, digno y confiado de sus habilidades para encarar cualquier adversidad que se atreva a enfrentarlo. Sus sentidos agudizan la percepción ante cualquier estímulo en el ambiente, pero sus ojos mayormente centrados en el agua.