¿¡Dentro?! -Cuestiono un poco intrigada , realmente lo que requería era sentirse más en confianza con su querido amigo, sin embargo quería respetar su privacidad y espacio, el ambiente se volvió ligeramente incomodo , intentando hacer pasar lo mencionado, tomo un par de palillos se los introdujo a ambos oficios nasales y aplaudió dos veces.- ¡Soy una morsa! (?) . . .
-Palabras muy nobles e inocentes era lo que escuchaba el muchacho y en cierta manera lo hacía acordar a él cuando era un simple adolescente, sin embargo la realidad estaba demasiado lejos de esas menciones. Intentó no ser muy duro con ella pero había veces en que explicar su situación a desconocidos era una simple sentencia de muerte.- Las segundas oportunidades no sirven para los muertos. ¿Sabes...? Creo que no deberías saber mucho sobre mi o mi pasado, terminarás dentro y es lo que menos deseo. Además... yo no me arrepiento de nada.
- Después de unos minutos ya estaba listo el estofado, lo sirvió en una cazuela pequeña para llevarlo a la mesa, ahí le sirvió en el plato con cuidado mientras le escuchaba. Haru tenía un cierto presentimiento y suerte para encontrar personas desoladas. ¿Acaso era su misión ayudarlas?. Pensó antes de suspirar entre cortadamente y servirse igualmente estofado. Analizó esas palabras y volvió de nueva cuenta esta vez con lo que faltaba, el arroz y la bebida.- Me gustaría saber para conocerte, me considero tu amiga fuiste muy valiente cuando me rescataste y aunque suene mal.. Quiero llegar a ser tu confidente, además has sido un caballero conmigo a pesar de tu pasado si dices que es malo. ¿No crees que todos merecemos una segunda oportunidad?
-Observó en silencio y con una sonrisa la emoción de la chica por esa simple prenda que era más que eso, un simple pedazo de tela. Quizás a esas alturas de su vida no veía los regalos como algo de importancia y por ello mismo le causaba mucha ternura ese modo en que ella se emocionaba e inspeccionaba el sueter. Más cuando hizo mención de tal pregunta, alzó los hombros un tanto despreocupado y ladeó su cabeza de lado a lado antes de soltar el plato fuerte.- Si y no, dependiendo de quien lo viese. Para nosotros en la clandestinidad es algo normal lo que me pasó... pero para otros supongo que es lo peor del mundo. ¿En verdad deseas saber?
¿Mi? - No podía creerlo , realmente le había traído lo que le pidió, como si se tratasé de un precioso tesoro fue abriendo la bolsa , sus ojos se abrieron llenos de sorpresa y un brillo especial, tomo por los hombros la prenda , la observo fijamente , la olfateo , abrazo contra su pecho llena de felicidad. Mientras él iba a reposar a la silla, ella andaba cual niña probándose su nueva adquisición.- ¡Muchas gracias! Lo amo, me encanta, me fascina es suave. -De inmediato se lo colocó encima , le ajustaba perfecto , la parte inferior le cubría un poco los muslos pero no importaba. Se giro sobre su propio eje , corrió a servir la comida , encendiendo la estufa le escucho, a lo cual cuestiono.- ¿Has sufrido mucho?
Si, de hecho si. Debes de tener cuidado o te lastimarás feo con la fricción. -Ya le había pasado que terminó con la raya del culo bastante dañada por no prestar atención a eso, lo cual generó una leve risa nerviosa tras recordar tal acontecimiento horrible.-
Toma tu sueter. -Volvió a pasarle la bolsa pero esta vez le obligó a que la tomara para así continuar con lo que quedaba guardado. Luego de ello pasó a sentarse en la mesa, estaba algo cansado y se notaba por la forma tan pesada en que se sentó, con las piernas abiertas y con sus manos entre medio de estas. Suspiró y se giró un poco hacia la chica, a la par que esa filosa sonrisa con forma de tiburón no tardó en hacer acto de presencia.-
Te confías demasiado, una vez fui así y todo terminó bastante mal.
-Un grito cómico, divertido por parte de ella, hasta los cabellos se le podrían haber parado de tan extraña sensación por entre la tela del mendigo boxer. Se sintió nerviosa, inclusive casi se cae, pero segundos después noto la diferencia.-
Esa tela daña mucho el culo.(?)
-Bromeo un poco más liviana, inclusive comprobó aquello dando un salto con suma seguridad; después de ello procedió a ayudarle , sacando latas , cajas , sus malvaviscos y otros enseres, mientras acomodaba unas cosas le escucho, cosa que causo una cierta curiosidad. Era verdad no lo conocía, al contrarió su encuentro fue bastante inesperado, y de la nada ahora convivían como dos amigos demasiado íntimos.-
Yo jamás te juzgaría, conmigo has sido una buena persona. ¡Inclusive me trajiste mi helado favorito!
Si, cuando quieras. -Replicó sin ninguna traba, no invitaba mucha gente a su casa por el simple hecho de que sus amigos trabajaban como él en sus mismos horarios, lo que menos deseaba era pasar tiempo con ellos fuera del trabajo. Entre tanto acomodar, dio con la bolsa done tenía el adorable sueter que le había comprado, cual le acercó cuando ella acortó la distancia entre ambos.-
¿Mhm? ¿Por qué no lo acomodas? -No tuvo tacto alguno, deslizó su mano hacia dentro del boxer ajeno pero no para toquetear sus glúteos, sino para separar un poco la tela de su piel ya que conocía lo incómodo que era tener algo entre medio del culo.- (?
¿Segura que quieres saber de mi? Terminarás decepcionarte, todos lo hacen la verdad.
- Dejo el par de bolsas para así examinarlas rápidamente , el comentario del suéter le hizo molestar un poco, sin embargo bufo únicamente no quería verse tan materialista, al final él había hecho el favor de ir al supermercado.-
Usare una manta, seré un fantasma pero será lo mejor , además te digo un secreto.
-Se le acercó lentamente y se posó a lado de su oido, de ahí hizo hueco su palma y murmuro.-
Se me esta encajando el boxer en .. en un lugar .. muuuy incomodo, ahí por donde..
-Sus palabras fueron interrumpidas por el mensaje de noticias de a diario en el móvil.-(?)-
Aaahh.. ¡En fin! La comida está lista , una vez que acomodemos vamos a comer. ¿Por qué no me cuentas un poco de ti? ¡Eh!
-Tras terminar de mandar su mensaje, guardó este nuevamente en su bolsillo y esperó a que la puerta fuera abierta. Desde luego que al ver a la más baja, le dedicó una ligera sonrisa de lado, sin embargo no tardó en pasarle una de las bolsas, cuales a simple vista se notaban el gran peso de estas.-
Tuve que comprar algunas cosas para mi, luego me las llevaré. Ah y tu sueter... me lo olvidé. -Claramente mentía, le iba a dar el abrigo apenas estén dentro, así que se encaminó para cruzar el umbral, mientras su mirada se paseó por los alrededores, observando cada detalle del recinto.- Mi casa es una mansión alado de la tuya. Otro día te llevaré a conocerla. Bueno... no es mi casa, ¿O si...? No la compré yo, sino mi espos... proxeneta. -Llegó a la cocina y comenzó a sacar aquellos productos que necesitaban refrigeración para así guardarlos en el refri, los demás no hacía falta guardarlos.-
