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[AU.]

· ── Esto es un tanto. . .Engorroso, aun que también podrías darte prisa y pedir la comida de una maldita vez Nee-chan, digo. (??)
|| Aprovechando para publicar esto antes de que pase de moda. (??)
 
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Gyutaro · 26-30, M
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· ── ¿¡QUE MIERDA ESTA PASANDO AQUI!? ¿Otra vez ustedes? sin van andar como zorras escandalosas queriendo arrancarse los ojos por mi háganlo, pero que sea fuera de mi local o les cobrare el triple de la renta, maldita sea con ustedes.

Amenazo aquel corpulento hombre de sobrepeso, pero el hombre de ojos pálidos azules y los dos sujetos no parecían dar la marcha atrás, sobre todo porque los dos hombres aun que en buena forma se estaban tensionando por dentro.
Gyutaro · 26-30, M
<<+>> Un perro con claras intenciones de hacer daño; los ojos azul pálido, inyectados de sangre con los patrones de tinta deformaban en algo que hasta las chicas retrocedieron y sobresaltaron asustadas, poniéndose en medio dos de los hombres amigos de este mientras los encaraba sin mas.


· ── ¡Sabes lo que se cuenta de mi, sabes lo que dicen de mi!, ¡¡Si no aprendes a cerrar la boca la puta boca hare realidad lo que dicen empezando por estos dos gorilas de mierda!!

Una horrible tensión mezclada con violencia hizo que solo hubiera un silencio, que poco después se interrumpe por la llegada de un hombre obeso vestido con una musculosa, sudado y con un aspecto poco convencional se arreglaba los lentes, era el dueño del local.

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Gyutaro · 26-30, M
<<+>> Aquel desagradable deseo vinculado con aquellas grasientas y escabrosas palabras de lujuria con su hermana, apenas sostuvo la mano de la menor mientras miraba la puerta, las comisuras de aquel se elevaron dibujando una sonrisa coscorrona.

· ── ¿Crees que con la figura e imagen que tiene vale para tu asqueroso dinero? interesante, ya ta tenia como un imbécil, pero tarde o temprano iba a conocer lo ignorante y estúpido que eres, ¿¡Que mierda sabrá de mujeres un tonto que contrata a zorras de mierda para que te laven el culo!? ¿¡EH!?

Cuestiono aquello ultimo en tono que claramente se mostraba enfadado, el hilo que sostenía su paciencia se corto y soltó la mano de su hermana como las bolsas y se dio media vuelta ahora con sus comisuras inclinadas sus dientes filosos presionándose entre si y el ceño presionado con las venas al aire reflejando la angustia y la rabia. Avanzo a paso alarmante apretando los puños como. . .<<+>>
Gyutaro · 26-30, M
El ambiente era tosco en cuanto a la personalidad de la gente, algunos eran ratas que simplemente buscaban chismes o hacer tratos nauseabundos por buenos ratos de placer con ciertas vecinos, carece de color y de la propia seguridad si no se tiene ojos en aquella pocilga, pero a los hermanos les daba igual de pequeños habían nacido en el infierno, esto no era nada diferente; simplemente molesto.

Pero toda la atención era para ambos ya mayormente muchos de los que habitaban eran adultos o ancianos, nadie daba por echo que estos dos vivirían mucho tiempo; que ingenuos, pensó el peliverde conforme sostenía las otras cinco bolsas pequeñas desde el extremo todas juntas con una mano. Pero su avance no pudo ser de lo peor cuando llegaron a toparse con el grupo de indeseables que simplemente se creían los que estaban por encima del lugar por tener un poco mas de lujos y mujeres a su disposición, grupo deleznable, el hombre no quiso darle mas atención hasta que escucho. . .<<+>>
D1581838 · F
Pasaron de largo hasta llegar al último piso y en las escaleras que daban a la azotea, se encontraba un grupito de cuatro chicos y dos chicas que se callaron cuando los hermanos llegaron a la puerta de su departamento, Ume sacó las llaves para abrir aquella puerta, pero mientras lo hacía, las risas burlonas sonaban en el aire.

— Miren, miren. Ya llegaron los hermanitos asesinos. Oye Gyuntaro, ¿algún día me darás salir con tu hermana? La quiero llevar a mí departamento, pagaré bien por ella. —

Dijo uno de los que parecía ser de los líderes de aquel grupo, y los demás respondían con varias risas al unísono. La menor tomó la mano de su hermano intentando hacerle saber con la mirada que todo estaba bien, o eso creía ella.

D1581838 · F
último piso, lo cual era un alivio para ellos ya que les gustaba estar apartados de todos los demás vecinos, ya que en aquel edificio los rumores corrían de un lado a otro; se decía que el mayor andaba en negocios turbios y que la hermana salía con algún pez gordo de la ciudad. De ninguna manera podían permitirse seguir viviendo si no fuese por ello, de acuerdo a varios vecinos.

— Oh, déjame ayudarte con eso Onii-chan. —

Le quitó de las manos la charola de cartón que contenía los vasos de refresco ya que por poco se le caía la bolsa que contenía los dedos de samurái que habían comprado. Conforme seguían subiendo las escaleras, varios vecinos fuera de sus departamentos al verlos pasar comenzaban a cuchichear sobre los hermanos, unos eran menos descarados que otros; ya que no faltaban los que gritaban las cosas con el propósito de querer hacer molestar a los Shabana. (+)
D1581838 · F
Antes de bajar del auto, giró un poco su torso para poder estirarse y alcanzar a tomar lo que eran una mochila color rosa y otra grisácea, ambas bastante deslavadas y viejas con varios parches en ellas. Al bajar, se colocó la suya en la espalda y cargó la de su hermano en uno de sus hombros, empujando con su cadera la puerta de aquel auto, seguida después de impulsarse un poco para darle un golpe con su brazo y poder cerrarla por completo. Era un auto bastante viejo por lo que tenía varias cosas por arreglar, pero para los hermanos Shabana, la comida era y la vivienda eran mucho más importantes que otras cosas.

Se encaminaron juntos hasta la puerta principal de aquel viejo edificio y la menor sacó de la bolsa delantera de la mochila de su hermano las llaves de la propiedad para abrir el gran portón que al ser arrastrado hacia afuera hacía un ruido de los mil demonios, dándole el paso a su hermano para que entrara con la comida y cerrándola de golpe detrás de ellos. Vivían en el (+)
Gyutaro · 26-30, M
<<+>> A poco hasta encontrar una brecha para pasar y pasar al asfalto, solo asi sigue la ruta de camino a casa. Durante el paso arrastraban lo que era la mitad descolocada de la parte trasera del auto, asiendo chisquitas y con las luces colgando mientras estaban destrozadas.

Tardaron solo una hora en llegar a casa; los lujos estaban lejos de su alcance con el aspecto poco convencional de aquel edificio donde vivian, era un apartamento de esos baratos cuyos dueños anteriores llegaron a un "Acuerdo". Lo primero fue dejar el coche en la zona de estacionamiento y luego juntarian las bolsas con su hermana hasta llevarlas dentro.

Gyutaro · 26-30, M
<<+>> De una pequeña sonrisa; lo único que podía sacar destacarle de aquel rostro feo y las manchas negras que lo decoraban.

· ── No eres una idiota, jamas lo seras, desde el día que vi a mi pequeña y dulce hermana nacer a este mundo, supe que por ese rostro y esa voluntad que intentaría conseguir el mejor futuro para ti para que deslumbres. Lo siento. . .Creo que me exigo mas de la cuenta y olvida cosas que deberian ser de mi vitalidad, pero no puedo evitarlo...Prometo...Que conforme el paso que des por ser feliz, lo sere yo tambien y juntos conseguiremos lo que nos haga felices.

Podria seguir expresando mas, pero los ruidos de las bocinas empezaban a ser ya enervantes, al punto que era mas escandaloso, lo cierto que ese lapso de tiempo hizo que la fila a la salida creciera.

· ── Mejor nos vamos antes de que tengamos que lidiar con un montón de idiotas.

Se comodo en su asiento y tomo el volante, arranco de a poco. . .<<+>>
Gyutaro · 26-30, M
Mediante la reacción de la ajena solo puede atraparla entre brazos y abrazarla fuerte, dejando que las lagrimas caigan en su uniforme escolar; siente la calidez humedecer la tela de este y como poco a poco se impregna, pero poco le importaba a lo que solo acariciaba y peinaba aquellos cabellos blanquesinos como la misma nieve, sintiendo las hebras enredarse en sus falanges.
Cerraba los parpados y contrae aquellos labios mientras presionaba estos despacio y terminaba con un par de besos en la cabeza intentando calmarla.

· ── Ya, ya, lo entiendo, solo quería aclararlo de la mejor manera. No llores, te arruinaras tu maquillaje. Naciste con la bendición y el lujo de ser bella y feliz.

Intenta consolidarla, el pequeño desencuentro que tuvieron paso factura, pero admite que le daba algo de gracia intentar entender lo que decía aun con los lloriqueos y mezclados con ese tono alarmante.

Intenta levantarle la cara y limpiar como puede las lagrimas con los pulgares, seguido. . .<<+>>

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