Ubicado en el sudeste fuera del Distrito Rojo, llevado por un sendero de escaleras en ascenso a la montaña se divisaba un Santuario basto en llamas con la estela del humo que se adjuntaba con la misma noche.
Entre el humo, las brasas, se sentía la peste de la sangre, que se decoraba en el interior y exterior de este; aquello fue obra de demonios muy renegados, que solo buscaban matar el tiempo. <<+>>
Cuestiona en un tono vago pero de forma severa mientras le acomodaba uno que otro mechón albino de esta.
Pese a que hubo una confrontación con algunos cazadores y mantenían buena afinidad en su defensa, era fácil romper a la de aquella mujer quien poca tolerancia tenia a los que se mofaban o hablaban de forma despectiva de su aspecto.
· ─ A no dejarse llevar por las palabras de tus enemigos, el hecho de que estos cortaran tu cabeza es inaudito Nee-chan...Son ratas, no llegan a nosotros.
Pero una leve implosion en los adentros de aquella estructura desbordaron una ráfaga acompañado de un embiste que destrozo el tejado, ascendiendo al aire una sombra oscura que sostenía algo entre brazos. Lo primero en caer fueron los pies de forma firme de aquel demonio de rango Lunar Superior.
Teniendo el cuerpo de su hermana sentado en el hombro pero con la cabeza decapitada, la cual sostenía con otra mano, este gruñe y comienza a escudriñar a detalle el aspecto de la ya mencionada cabeza.
· ─ Bien Nee-chan. . .¿Que aprendimos hoy? ¿Lo sabes? yo creo que si.
