La paciencia de Julianne era enorme, tenían que picarle mucho para fracturar eso y quién había logrado sacarla de sus cabales era ese pequeño Jōestar, sin duda quiso desviar el tema y seguir acariciándole la cabeza con el filo de sus largas uñas.

— Yo no soy pervertido, hmm ... mujer loca..tu mente te está diciendo cosas extrañas no le hagas caso— Tratando de desviar la atención de esa incómoda pregunta y como devolución a esa extraña respuesta solo le quedaba hacer enojar a la señorita para salirse con la suya.

— ¿Hasta ahora lo notas? Estoy loca Jonathan ¡LOCA!— Molestó un poco y obviamente su mente le llevó a otro lado — ... Oye, Jonathan...que pervertido te has vuelto—

— Haaa, está claro que tienes problemas, y yo ... me puse este saco solo porque es calentito.. no por ti no te hagas ideas extrañas— su lado tsundere había arribado con un tono coqueto y perspicaz, queriendo seducir e invitar a gyro a que le despojase de sus vestiduras.

— Tengo un claro fetiche con los osos afelpados— Empezó a molestar, solo quería ver las expresiones del menor.

— Porqué no debería quitármelo?

— No te lo quites— Deslizó sus largas uñas de color verde por sobre la cabeza del menor.

— Humm, por esta vez, pero cuando me quite el saco de oso rogaras porque lo use de nuevo.
Lo dijo mientras se acurrucaba en las piernas de la joven cual gato queriendo atención.

— Shhh, no digas eso delante de él, es muy susceptible— No lo soltaba, incluso profundizó el abrazo al acercarlo más a su pecho.

—Je je je, le he ganado al señor oso.