— Le quitas lo divertido a la vida. — {?}

— Lo sé, pero no puedes vivir a pasteles... Ni a Pizzas. — Aclaro antes de que ella decidiera que podía comer solo eso. {?}

— Eso será difícil, tus pasteles son los mejores. — Sonriendo, alzó ambos pulgares hacia arriba, como aprobación. — Pero lo intentaré. —

— Claro que sí. Siempre serás bienvenida. — No pudo evitar sonreír con ese enternecedor gesto de su contraria, llevado su diestra al rubio cabello, dando una suave caricia. — Pero debes regular tu consumo de pasteles. —

Piensa por unos segundos las palabras de su contraria, aunque sabía que tenía razón, no pudo evitar hacer un mohín con sus labios. — Pero, ¿Si puedo ir los otros días? —

— Bueno... — Se mostró muy seria, como si tratará un tema de vital importancia. — No puedo tener una Gwen que siempre pida un Gwensday. Debería cambiar el especial todas las semanas. Sería mucho trabajo. —

Abre un poco más su boca, totalmente indignada. — ¿Qué? ¿Por qué? –

— No es mala idea, pero debería prohibirte la entrada esos días. — {?}

— Podría ser tu menú de los miércoles. — {?}

— Algo me dice que voy a tener que hacer valido el Gwensday. — {?}