Después de su habitual paseo por la ciudad, esperando que todo estuviera en orden, decidió tomar un pequeño descanso en unos de los árboles. El día estaba bastante tranquilo, sin ningún acontecimiento, lo cual era bueno para los habitantes del lugar. Pero era algo aburrido para la rubia, pero rápidamente quito ese pensamiento egoísta de su mente.

Una pequeña araña bajaba por su telaraña y se puso a jugar con ella, pero justo en ese momento escucho ha alguien cantar muy cerca de donde se encontraba. Busco con su mirada al causante y no tardo en encontrarlo. Alguien se encontraba cantando en los techos que estaban frente de ella.

Entrecerró sus ojos, para poder visualizarlo mejor. Y logro ver a un joven el cual estaba vestido con un traje de gato. Se levantó a la defensiva.

— ¿Quién es? — murmuro para si misma, sin despejar los ojos de él, esperando cualquier movimiento.