Apuntó con su cámara una vez más y volvió a tomar otra captura de ella ante la nueva postura que había adquirido. — Ya entiendo, me imagino que surgirá en un momento muy necesario. — Comentó sin perder su sonrisa. — No suena mala idea. Sólo espero no me llames a mitad de mi baño de burbujas. — Bromeó.
Como un zorro perezoso se recostó con la espalda contra el suelo. Cruzó una de sus piernas sobre la otra, siguiendo al hechicero con la mirada. —Esa es la cuestión, todavía no lo se.— Sonrió. —Pero nunca está de más tener una carta trampa y el favor de un Gran Mago cuando lo necesite.
Se mantuvo en su arte, mientras escuchaba aquella propuesta, cosa que le hizo ir un poco más lento en su proceder, pensando así la clase de favor que podría pedirle. — Vaya, vaya... ¿Qué clase de favor te gustaría recibir? — Cuestiononcurioso mientras tomaba otra foto.
Quedándose recostada sobre los suaves pétalos de cerezo, sus colas oscilaban majestuosas dándole una apariencia casi divina, sin embargo, sus pensamientos podían ser catalogados como atroces. —De preferencia la carne humana, pero... podrías darme algo más interesante. ¿Qué tal un favor?
— ¡Oh si! ¡La cámara te adora! — dijo sin parar de disparar el flash de su cámara, capturando cada pose y cada ángulo. Así mismo sin olvidarse de aquella deuda que tenía. — Bueno, te gusta la carne, por lo que pensaba en llevarte a un buffet de buenos cortes de carne. ¿Qué te parece? —
— ¡Oh, claro que si! — Comentó mientras seguía tomando fotos desde distintos ángulos. Cada que salía el flash de dicha cámara, a través de una ranura, salía la instantánea que capturaba y se revelaba a los pocos segundos. — Además, te debo un almuerzo. —
No tiene idea de qué es esa cosa que emite lucecitas que el mago tiene en las manos pero sinceramente no le importa, porque le encanta. —Deberíamos hacer esto más seguido.
