Golpeado, Gudao suspiró profundamente, calmando su histeria.

— Todo es por la misión... Todo es por la misión... —

Se repetía a si mismo, concentrándose.

Gudako no demoro en golpearle en la cabeza con su mano derecha.

— Recuerda, buscan hombre pelo negro, ojos azules y cara de tonto. Tomamos estos roles por razones estratégicas, no es como que me guste vestir hombres como mujeres o algo parecido.

Alzó los hombros con una sonrisa que rápidamente oculto.

— Podríamos intercambiar objetivos y no habría ningún problema, ¿No? Esto es tu revancha por el pastelillo del refrigerador que me comí hace una semana, ¡Lo sé! —

—Cada quien carga su cruz, yo debo ir encontrar una amable señorita y bailar con ella, me arriesgo al rechazo ¿Sabes? Tu en cambio puedes escoger y hacerte desear. Te veías mas seguro hace un rato.

— ¡NO ES JUSTO, LA QUE DEBERÍA DE SACRIFICARSE ERES TÚ! —

—Pues ya que aceptas bebidas y baile ¿No es a donde siempre apuntan esas cosas? A la larga eres una buena apuesta, en teoria.

— ¡E-ESPERA! ¿El final de la noche? No me digas que te refieres a...? —
Escalofrios {?}

—La reina de la fiesta según veo, seguro un noble y poderoso magus disfrutara todo ese juego. Al menos mantendrás la mascarada hasta el final de la noche, confió en ti.

— Obvio primero me tienen que invitar MINIMO un trago. Y de los caros.—

—Siempre supe serias del tipo dramosa. ¿Que si te piden salir a bailar?