Cubrió su rostro con ambas manos en un acto de despierto raciocinio y las dejó posadas allí, como si se hubiera abandonado un largo sueño. Durante unos instantes preciosos.

Temblaba como una hoja.

Pronto negó con la cabeza. Varios espacios de cenizas quedaron impregnadas en el suelo, venidas de sus cabellos, de la cabeza que se mecía de un lado a otro. La presencia del muchacho, presente en ese momento, había luchado de forma feroz con el dominio de quiénes lo poseían; por su consciencia.

Desconocía el lugar en el que se encontraba.

"Me encuentro lejos, ya no los escucho".

En una actitud que pareció más bien defensiva, retrocedió un solo paso; sin embargo no fue de temor ni de impresión: fue como si una persona completamente diferente hubiese aparecido delante en el mismo cuerpo. Sin embargo su aura se seguía percibiendo igual, limpia, y fue envuelto por ese aroma a azahar, más predominante que antes.

—¿Cómo es que debo referirme a ti? —Cuestionó. Su tono de voz parecía dominante, atronadora como un rayo, pero no había rastro de malicia o maldad alguna en ésta.

Era claro que ya no era el mismo.

---Al igual que nosotros, y sólo nosotros, de la imaginación de una criatura adornada por una jaula de camelias.

El roce de sus pies sobre la nieve de su miseria, engalanó sus heraldos. Y la gratitud que despuntaba en ese alba, sus encuentros, reveló la solemnidad de un párvulo.

Pero el invierno de sus bosques ya los escudaba, de la afrenta a la que los sometía el digno emisario de otro salvador. De otro dios, de otro forjador de vida que había acudido hasta su cueva. Los muros de su hogar.

Entonces, y sólo entonces, retrajeron su inmunda consciencia y una mueca de ligero asombro invadió la belleza de Mejanr'ar. Mancillaron el hechizo, y y el poseído, hizo acto de presencia

Fue consciente por unos instantes. Y cuando con ingratos sigilos, olfateó el aroma de su oponente de ideas, olfateó también sangre, alma y vital esencia.

Se acercó lo suficiente como si invitara a su oponente a devorarlo, pero sólo posó la cabeza contra ese torso en el que resguardó su cabeza.

—Soy lo que soy gracias a Él. Y tengo mi propia voluntad, por eso sé que no soy solo un espejismo.

Entre cerró la mirada de tormenta cuando noto que ese se acercaba; no tuvo mayor temor,sino admiración y curiosidad. De cierta manera ansiaba poder percibirlo.

---Entonces es tan sólo una idea, un simbolo, un espejismo de ese ser lo que eres. Nada más.

Ladeó la cabeza y avanzó un ligero paso, siempre al frente. Dentelló la barrera de protección hasta mostrarse, ante él, voluntariamente vulnerable.

... físico, aún puedo recordarlo sentirlo en mi interior. Y he aqui la prueba de que conozco lo que es el amor ese amor genuino que todos desean... —Cerró los ojos notándose como una especie de éxtasis. —La capacidad de amar con libre albedrío... esa es la prueba máxima, la confianza de que el amor es correspondido, no obligado.

Abrió nuevamente los ojos tan azules que parecían grises como una tormenta que se avecinaba; cayó en cuenta de que quizá estaba haciendo un poco invasivo y su rostro denotó vergüenza.

— Lo lamento si me he excedido un poco. Solo Quiero probar que aquello que ustedes, tú, anhelas, es algo posible.

—El anhelar un amor así me parece algo hermoso a pesar de las circunstancias en las que se encuentran ahora.

Guardó silencio en ese instante,durante unos momentos, dedicándose simplemente a contemplar los movimientos de ese cuerpo ahora ocupado y, a su punto de vista, vivo. Lo contempló de una manera mundana, completamente física, en esa apreciación humana que había aprendido desde el momento en el que llegó a ese plano, hace casi 15 años.

—¿Creyente en mi Dios? Hablas de ello como si solamente fuera una ilusión. —Su voz se mantenía dulce, amable, a diferencia de muchos otros que profesaban el amor de un Dios que no conocían realmente. —Mi naturaleza, al haber sido creado directamente por su mano, me hace merecedor de haber visto su rostro cuando yo no tenía un cuerpo físico. Per se, sé que es real porque lo he percibido dentro de mí, en el momento de mi creación; lo he visto en mi, he probado la esencia de lo que es su amor. Y a pesar de que ahora poseo un cuerpo...

escudo.

---Muestranos entonces porque eres tan creyente de tu dios.

Una ligera carcajada, tan radiante como las estrellas, tan inaúdita, inevitable, manó como una crisálida del caparazón. Los cinco manifestándose con la petrea fe que les quedaba.

---El Amor es precioso si es correspondido, macilento si es denigrado por la eterea gracia de un mundo sin sentimientos. Noble pero tan dañino que, hasta al más gentil, cubre de oscuridad.

Movieron aligerados la cabeza y rastros de cenizas cayeron al suelo. Guiaron sus dedos a los labios quebrados de su caparazón y besaron el dedo corazón e índice con solemne gratitud.

---Mejanr'ar anhela un sidereo amar que lo domine y entorpezca sus pasos en este mundo, para volver a renacer. Tu ejemplo de decadencia, denota ya, que Jesyria y Sudujaerio, el Amor y Soledad mismo, han hecho mella en ti.

Sonrieron y cerraron el paso de su visión por un instante. Labraron caminos de rocío y al abrirlos, alzaron la misma mano que había tocado los labios, para, ahora, rasgar la fina capa protectora que le servía de es

—Es posible que el llamado amor verdadero sea algo fantástico de visto desde una perspectiva física... Sin embargo yo he estado delante de lo que es el amor y el amor no es algo físico o perceptible, es una esencia primordial, pero muchos no estan listos para siquiera probar un poco de éste.

Guardó silencio unos momentos limitándose a contemplar la figura que tenía adelante su mente material le hizo simplemente apreciarlo mientras imitaba aquella sonrisa que quizá vacía le proyectaba una emoción puramente humana.

—También pude comprobar que una fracción de lo que es el amor es posible en un medio físico. Lo pude ver en su forma más imperfecta Y quizá como dices tú, dolorosa; sin embargo, es un hecho de que existe está allí y es cuestión de encontrar aunque sea una fracción para que este sea válido.

Extendió un poco su mano derecha hacia adelante de él, mostrándola enguantada en piel negra.