Eh... Diane ¿No me reconoces? # Le causó sorpresa que no le reconociera al principio, como pensaba, pero pudo ser por su tamaño que no le había visto bien, sin embargo al ver correr hacia él a Diane, con tal alegria en su hermoso rostro femenino, con ese aire infantil e inocente de la pequeña gigante, se sonrojó tan fuerte, quedando embobado en el mágico momento, que ni siquiera sintió cuando la gigante lo atrapó en sus manos, soltando a Chastiefol y siendo elevado en cuestión de minutos hacia el rostro de la única persona que lo hacía feliz, que no tardó en aplastarlo contra su enorme y linda mejilla, lo que causó que reaccionara y riera tiernamente para ella. Afortunadamente, no lo estrujaba tan fuerte o le hubiera dejado sin aire # ¡Jajajajaja hola Diane! Te estuve buscando tanto tiempo ¿Dónde estabas? ¡Ahhhhh te ves siempre tan hermosa...!

[Ya que nadie mas respondió [Dalia] iré yo.]

Pero no te he levantado falsos... cuando te dicen "el capitán y Elizabeth" sacas tu lado mas intenso, aunque Limoncia te gana... -Se cruzó de brazos y ladea su cabeza a la derecha al ver como recibía al enano rey hada, levanta su ceja izquierda y murmura.- A él si lo abraza y a mi solo me arranca la oreja, gigante malhumorada.

—Hm. Deja de levantarme falsos ante la demás gente—hace un puchero. Y dirige su mirada violeta hacia la chica que estaba en su costado—¿Tú crees? Lo merece—frunce el entrecejo considerando esa buena propuesta (?)
—¿Quién eres por cierto? —No la dejó responder cuando sus ojos divisan al pequeño joven hada y corre hacia él haciendo ruido y ocasionando temblores en el suelo con sus movimientos.—¡KING! ¡Hola! —Lo levanta del suelo para estrujarlo con su gran mejilla.

# Se sentía apenado por ignorar a la chica y se disculpó muchas veces, pero en ese momento una voz familiar le hizo estremecer, se giró de inmediato en el aire, encontrando el rostro de quien mas adoraba, quedando idiotizado por un momento, saludando atontado ante tanta belleza, aún abrazando la verde almohada # Hola Diane....

-Iba a comenzar a reír, poco a poco su rostro se notó algo nervioso al notar la gran sombra de la chica gigante detrás de él, una pequeña gota de sudor recorre la sien derecha del albino, iba a voltear pero justo su oreja fue tomada por aquella enorme mano.- ¡Oye! ¡No! ¡Que no hablé de ti con malas intenciones, Diane! -Pero ya era tarde, su oreja fue arrancada sin piedad, solo retrocedió un poco mientras tapaba con una de sus manos la zona "afectada", pero segundos después le vuelve a crecer la oreja.- ¿Ya vieron? Ni siquiera mentía, y se llevan bien, debo ser un genio.

*Casi estaba reuniendo demonios de las profundidades más profundas del averno cuando su orgullo de Jaegerjaquez fue seriamente herido al ser ignorada por el chico(?) cuando vio a aquella otra chica aparecer y arrancarle una oreja al albino como si no fuese nada del otro mundo* ... *No tardó en usar "Sonido" para aparecer a un lado de la joven, y así comentar* Tiene dos orejas, no deberías de ser tan amable de dejarle una... (?)

Aparece detrás del albino y le jala la oreja hasta arrancársela (no importaba, le volvería a crecer (?)) —Deja de hablar a espaldas de los demás "Bancito" —Dice burlona mientras se deshace de la oreja arrancada (?)

# Por acto mágico había abandonado su sitio y flotaba a un costado de Ban con las manos empuñadas, en protesta casi infantil # ¡Yo no soy llorón!



# Se acordó de la chica que antes intentaba animarlo y se giró, sonriendo un poco avergonzado, abrazando a Chastiefol, que llegaba en ese instante flotando a su lado # Perdón por ignorarle señorita Dalia, no fue mi intención.

¿Qué? ¿Por qué? No dije nada que no fuera cierto, Diane es muy celosa con el capitán. -Elevó las manos a sus costados mientras cerraba los parpados y negaba con su cabeza.- Vamos King, si te pones así, Diane no te va a querer por llorón. -Siempre chantajeando con ese tema, así de fácil logra animarlo siempre.-

¿Ah? *No entendió lo que dijo el albino, sin embargo con la reacción del menor logró enlazarlo todo y comprender de alguna manera. Sin más se acercó al chico que se había apartado en un rincón y lo abrazó para tratar de consolarlo, conforme lanzaba una mirada desagradable y asesina hacia el albino* Eres un imbécil, maldito Banmerang. Discúlpate.