GiselleBirdwhistle

-Notó el frío en su cuerpo, pero no sería la primera vez que apretaría los dientes y lo aguantaría. Sabía muy bien que era una parte bastante predominante en la doncella, y debido a sus raíces él podría con ello; si ella no se excedía, eso esperaba-

¡Te estás acordando!

-Celebró, exclamando. Ya llevaba un tiempo considerable en Karmaland, algo menos en compañía de su contraria. Siempre tuvo paciencia, sabía que antes o después Nieves y su memoria estarían cada vez mejor. Por otro lado, aún quería evitar que ella se enterase de lo sucedido con Vegetta-

Eh... Trabajar, eso... Ya no hace falta, me pagaron y traigo muchos diamantes.

Utilizar plumas de chocobo me parece interesante. Hace poco vi que Vegetta tenía cuerdas para atar a alguien, las podemos... aunque es un poco extraña la manera de atarlos (?) —Recordó ver a Rubius atado de la manera que había comentado. No perdían nada con hacerlo, con tal de hacerlos hablar.— Si no dicen nada tendremos que recurrir a un plan b.

¿Me has echado de menos? ¿Has echado de menos a tu osito?

-Extendió los brazos, invitándola a que se aproximara más para darle un abrazo. Asimismo y mientras tanto, le mostraba una amable sonrisa-

¡Muy malo! Y si merece un castigo... ¿No es extraño que desaparezca mucho de tu casa? Igual Vegetta es así... —Dijo la rubia mientras ponía la mano en su barbilla, estaba pensando en esas extrañas desapariciones de los dos héroes.—

No le hagas caso a Rubius. –Ella tan sobreprotectora, como siempre.–

Nieves, cariño, ven con papi.