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del mismo de alguna forma, solo tenía que averiguar como o en el mayor de los casos seguir siendo paciente y esperar a que Rubius o el resto del equipo, incluidas las princesas vinieran a buscarle.
Espero casi de forma impaciente algún indicio del chico que había intentado salvarla, observo a cada persona que salía de la escuela esperando que en cada una de ellas pudiera ver su cara pero no fue hasta que los bomberos llegaron y los profesores comenzaron a dar explicaciones de que se suspenderían las clases que no lo vio.

Y yo que pensé que estaba en el séptimo cielo al llegar aquí.— Bromeo también, ofreciéndole una cálida sonrisa mientras extendía su mano hacía él. —Soy Nieves. No suelo conocer personas en medio de un incendio pero imagino que eso lo hace especial, ¿cierto?— Durante el tiempo que había estado en el pueblo no había imaginado que este fuera tan similar a su propio mundo, obviamente no había dinosaurios o monstruos en las noches pero si había uno que otro peligro y aquello de alguna manera, en el fundo de su helado corazón le daba esperanzas. Porque, si ocurrían todo tipo de anomalías en el lugar eso significaría que podía salir
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Hizo una broma de aquello para romper la tensión y las posibles preocupaciones que Nieves pudiera tener.
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Aquel humano contaminado se enfrentaba contra el Kryptoniano, intentaba hacerlo arder con sus poderes de fuego adquiridos por aquel meteorito, pero finalmente Clark logro derrotarlo, dejarlo inconsciente había representado un verdadero reto, pero finalmente había sido contenido gracias a los avances de la corporación Luthor.

Los bomberos no demoraron en llegar y el incendio fue apagado, y de entre los escombros por la puerta trasera de la preparatoria, Kent salió a velocidad luz para no ser descubierto para finalmente incorporarse a los estudiantes alarmados a las afueras de la preparatoria, con la mirada busco inconsciente el llamativo cabello de la chica que acababa de conocer.

¿Te encuentras bien?

Se acercó hasta ella con preocupación.

Bienvenida a Smallville, el pueblo en el cual no falta la acción.
consumiéndose poco a poco al contacto con los copos que se iban desvaneciendo hasta convertirse en una ligera llovizna acompañada después de una espesa capa de vapor mezclado con el humo que se escapaba rápidamente por las ventanillas semi abiertas que encontraba a su paso.

¿Eso sería suficiente? Había apagado al menos la habitación donde se produjo el incendio inicial pero debía continuar con aquello o en cambio confiaría en aquel desconocido que quería salvarla a pesar de no saber quien era? Sus manos cayeron a los costados de su torso luego de preguntarse aquello y se detuvo yendo fuera con los demás, al final confiaría y dejaría todo en manos del ojiazul.
Nieves le escucho con suma atención y reconoció la sinceridad en sus palabras de inmediato con solo mirarle a los ojos. Aun así desde el principio no pensaba quedarse de brazos cruzados, se quedó de pie, una vez que él le dejo sobre el piso y solo necesito un par de minutos hasta verlo desaparecer para continuar con el plan que tenía en mente.

Ya que no había nadie cercano al lugar trato de concentrarse de nuevo como antes de que el contrario le interrumpiera y extendió sus manos sintiendo como el frío dentro de ella recorría su cuerpo lentamente hasta sus palmas y las extensiones de sus dedos, respiro profundamente e hizo un pequeño movimiento como si intentara empujar algo intangible frente a ella y de repente frente a sus ojos noto como una ligera ventisca con unos cuantos copos de nieve comenzaba a hacerse fuerte logrando que las llamas chisporrotearan
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Hasta ahora Lana era la única que tenía una mirada por la cual Clark haría lo que fuera, pero los ojos de Nieves eran tan dulces y brillantes como los de aquella mujer por la cual estaba dispuesto a sacrificar su vida cada día, por un momento se quedó sin habla, puso los pies de la pelirroja en los suelos y se adentró nuevamente en las llamas.

Utilizo su súper velocidad una vez estando lejos de la fémina, a estas alturas ya no debería poder verlo actuar, saco a los pocos estudiantes que aún estaban entre las llamas para después enfrentarse contra aquel estudiante enojado, las rocas de meteorito tenían efectos negativos sobre las personas, y aquello no hacía más que hacer sentir culpable a Kent, después de todo, había sido su culpa la lluvia de meteoritos, su llegada lo había provocado.
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Primero tenemos que sacarte del edificio.

Tenía que buscar una excusa para poder evitarle descubrir sus poderes, Clark podía encargarse del fuego luego, lo más importante ahora era poner a todos los estudiantes a salvo, la llevo hasta la salida de emergencias la cual estaba milagrosamente más despojada de las llamas, se había escapado de aquel estudiante contaminado, pero era momentáneo, tendría que pelear contra el en cualquier momento, por ahora utilizaba su súper oído en busca de gritos de ayuda.

Lo primero es que salgas de aquí, iré a ver si alguien más necesita ayuda.

Bajo a la mujer que cargaba en brazos observando por primera vez bien cada fina facción de su cara, los ojos de Nieves lo desarmaron.
¡E-espera! Yo...— Dijo un poco sorprendida cuando un chico repentinamente le cargo, no era una novedad para ella ser la damisela en peligro pero justo antes de que llegara aquel chico esta intentaba apagar el incendio, porque, aunque estaba en ese lugar que parecía completamente común ella aún conservaba sus poderes de hielo. —¡El incendio, debemos apagarlo cuanto antes!— Su cuerpo se había relajado un poco pero aún estaba completamente helado, algo que había conseguido para no quemarse entre las llamas y lograr su cometido.
Ella había aceptado porque estaba agradecida y porque las cosas que le ofrecía ese mundo jamás las había tenido en Karmaland en el pasado. Ideas como ser una estudiante de preparatoria o vivir una vida tranquila alejada de monstruos y criaturas peligrosas se había sembrado en su cabeza y no podía negar que todo se estaba sirviendo en bandeja de plata para ella.

Así fue como ahora en la actualidad ya llevaba una semana en la escuela, fingiendo ser una prima lejana de Lana que había llegado al pueblo para quedarse a terminar su educación preparatoria. Cada día era mejor que él otro, aunque aún se sentía triste por los amigos que había dejado atrás e incluso por no estar cerca de su osito lo que la vida le ofrecía no era malo para nada, quería aprovechar cada segundo, quería incluso cuidar ese lugar mientras tuviera oportunidad, no quería que ese sueño se destruyera mientras estuviera estancada en Smallville.

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