"Sus ojos observaban con desesperación como la vida abandonaba el cuerpo de su amigo, sus lagrimas rodaron cuando este dejo de moverse, asegurando el final, sus ojos se enrojecieron cuando vio su cuerpo fallar, y este lloro cuando empezo a transformarse en el barro que alguna vez le dio la vida.

Por primera vez en el mundo, Gilgamesh habia llorado una muerte, se sentia impotente, incapaz de hacer un cambio. Sus labios entonces exclamaron un grito al cielo, como un reto contra las deidades que propiciaron este destino: ¡Solo un amigo tendre en el mundo!"