Había pasado bastante tiempo que no se encontraba en el trono que le pertenecía, por lo que este al llegar y ya saber la situación, utilizaría sus nuevos dones de mago para realizar la invocación. —No diré las tonterías de la plata y la sangre. Mi método de invocación es más fácil, te llamo, sirviente de una distinta era, ven y preséntate ante mi. Tras decir aquellas palabras, una luz de color amarillo brillaría del centro de la habitación real, lo que significaba que un servant fue llamado.
—Bien, veo que invoqué a un ser con armadura, eso significa que estás lista para pelear. Antes que nada, te explicaré el porque te invoqué. Hay un santo Grial que se encuentra perdido en la era de los dioses, por lo que debemos encontrarlo. Mi nombre es Gilgamesh, Rey de Uruk, puedes pedir cualquier cosa, y serás tratada como mi igual.— Terminó de decir mientras que tomaría una tablilla para dárselo a su consejera Siduri. —Lleva esto a los soldados, y diles que lo lleven al muro del norte, necesito que sigan las indicaciones al pie de la letra.— Volvería a mirar a su Servant. —En este momento puedes tomar un descanso y conocer el lugar, no tengo problema con eso, te llamaré cuando partamos.
