[code]Gilbert, como todo erudito de su época, era un hombre de mundo, versado en varias disciplinas; aunque se preciara de ser uno de los médicos más reputados de sus tiempos... Dudoso honor, dada las prácticas casi barbáricas que predominaban en la Inglaterra victoriana. Pero Gilbert siempre intentó ir más allá de las limitantes de sus congéneres, nutriendo su curiosidad con textos antiguos y modernos por igual; un hambre de conocimiento que llamó la atención de un mecenas poco común, y menos inofensivo que los demás, por más poderosos que fuesen.
[i]Rémy.[/i] Tal era su nombre: un hombre acaudalado y excéntrico, de quien se decía que había hecho algún trato con el Diablo mismo, a juzgar por la magnitud de su riqueza y su palidez inusual, achacada a los hábitos nocturnos del Barón, como él mismo se hacía llamar. Su patronazgo fue la mayor fuente de recursos para un apasionado Gilbert; el que aprovechó en todo sentido, desde usar el dinero del barón para sus investigaciones, hasta aceptar con agrado la posibilidad de examinar los cadáveres de bandidos, prostitutas y otras alimañas de la sociedad que el mismo Rémy ponía a su disposición.
Siendo Gilbert un hombre culto, ajeno a las supersticiones del vulgo, desechó sus propias sospechas ante el invariable estado de todos los cuerpos que diseccionó: todos ellos mostraban heridas en venas estratégicas, y estaban vacíos de sangre por completo. Pero Gilbert, más interesado en el saber que en las historias de los gitanos y ancianas, avanzó en sus investigaciones sin el menor recelo, incluso adelantándose a los sabios de su época con un tesón y ardor que solo le granjearon más la atención de Rémy...
Y que fueron los motivos de su muerte.
El misterioso Barón no era sino un Cainita, un vampiro; maldito a jamás poder ver la luz del astro rey nuevamente, y a caminar por la Tierra durante toda la eternidad, con la sangre por sustento. La estirpe de Rémy, los [i]Verdaderos Brujah[/i], es un linaje vampírico dedicado a la acumulación del saber y el perfeccionamiento de sí mismo, por encima de todo; desapasionados, gélidos e indiferentes a las pasiones humanas, son auténticos remansos de sabiduría, engrosando sus conocimientos y habilidades como otros hacen con las riquezas u otras nimiedades.
Rémy se había acercado a Gilbert, atraído en primera instancia por el hambre insaciable del joven doctor por aprenderlo todo. Verlo seguir con sus investigaciones sin cuestionar, guiado simplemente por la necesidad de aprender, lo hizo tomar la fatal decisión de Abrazar al incauto doctor; quien, a la edad de veintitrés años —ya un adulto para la sociedad de su época, pero apenas un jovenzuelo en realidad— dio el adiós a su vida mortal y se adentró, renuente, en los misterios de la noche.
Aprendiz y Chiquillo de su Sire a la vez, hubo de resignarse a su nueva condición, aferrándose al enorme acervo cultural e histórico de su maestro como una forma de mantener la cordura. Rémy probó ser un maestro inagotable, brindándole noche tras noche de discusiones filosóficas, investigación conjunta, y asesinatos faltos de todo remordimiento; aunque ambos elegían sus presas con cuidado, subsistiendo de ellas por mera necesidad y sin hacer gran alarde de ello. Tal y como Gilbert había visto a sus contemporáneos antes, con cierto desdén y mal disimulado interés académico, Rémy le enseñó a tratar al «ganado», como él llamaba a los humanos; pero siempre eligiendo presas sin mayor destino que la muerte y la perdición; costumbre que conservaría durante los años venideros, y que aún en el mundo moderno suele respetar.[/code]
[center][quote=#ffffff]«Un punto de vista interesante, y que tomaré en consideración en el futuro. Felicidades: voy a respetar tu vida... Por esta vez.»[/quote][/center]
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[code]Los Vástagos que se hacen llamar «Verdaderos Brujah» afirman que el fundador del clan encontró la muerte a manos de su chiquillo, Troile; y que todos los «Brujah» son, en realidad, descendientes de este diabolista. Los chiquillos originales de Brujah, los Verdaderos Brujah, desprecian a sus primos ilegítimos y albergan un gran resentimiento por su legado de [i]diablerie.[/i] No obstante, aunque Troile robó la sangre de Brujah, no robó su Disciplina más preciada: Temporis. Ahora los Verdaderos Brujah la guardan celosamente, pues quienes entienden la Disciplina pueden manipular el mismo tiempo.
A diferencia de los «falsos» Brujah, los Verdaderos Brujah son emocionalmente fríos. Un linaje de eruditos, cronistas y buscadores de conocimientos, ven el mundo desapasionadamente. Ya estén abriendo una tumba Cainita escondida, reuniendo los fragmentos de un manuscrito perdido o alimentándose de la sangre de un esclavo, los Verdaderos Brujah pasan sus no vidas en una plácida contemplación. No sienten emociones ni miedo, sino que reaccionan analíticamente a su mundo. Las emociones de los Verdaderos Brujah se atrofian durante sus noches de estudio y contemplación; se vuelven fríos y desapasionados a medida que pasa el tiempo y se alejan cada vez más de la vida mortal. Aunque estos Vástagos entienden el bien y el mal a un nivel filosófico, es raro que sientan algún pinchazo moral.
[sep] Rᴇɢʟᴀs﹕
• Bienvenido todo tipo de rol. Puedes agregar sin problema o mandar mensaje. • No se admiten dramas ni búsqueda de algo más allá de rol, fuera de simple amistad. • Rol por cualquier medio, aunque prefiero MP y comentarios para ello y llevar las charlas en el chat. • Partneo o shipping solo en caso de que la historia lleve a ello; no «doy» a mi personaje sin motivo. Advierto que esto es poco probable: mi personaje da poco lugar a tener pareja, merced a su trasfondo y carácter. • Géneros: thriller, sobrenatural, acción, slice of life, noir y géneros adultos. No ofrezco romance a menos que quieras ver sufrir a tu personaje en una relación tóxica y carente de auténtica pasión o sentimientos. • A veces subiré contenido adulto; puedes bloquearme si eso no es de tu agrado. • Por favor, no pierdas de vista que estoy [i]interpretando un personaje[/i]; como persona, soy muy distinto a Gilbert.[/code]
