Le dijo a su esposo que habia conocido a un chico conejo. Pero su esposo le hizo vestir como conejo a ella y luego le dijo que leyera la biblia en voz alta. ──Eres un mago tonto Merlín-
──Oh - levantó una mano y acarició una de las orejas de su esposo, hasta rosar con sus dedos el pétalo con sumo cuidado. ──¿Te dolía? Recuerdo que dijiste que te dolía la cabeza ese día. Y luego de eso tuviste un poco de fiebre. Quizá, un hechizo de ilusión podría ser mejor que doblarlas o atarlas contra tú cabello.- Le mimaba, por que se dió cuenta de que había sufrido aquéllo.
Hasta ahora en público parece ser que es su zona erógena.. aunque también lo deja algo mal.(?) — Oh, ¿realmente no los vistes?- Se sorprendió un poco y sonrió negando. — Quise intentar ocultarlos entre mis cabellos.. pero es incómodo. Se siente demasiado extraño.-
— Nadie más toca mis pétalos, solo tú lo haces. Es muy sensible y solo permito que mi pareja los toque.- Bueno, ella sabe que tan sensibles llegan a ser. Merlin no puede permitir que conozcan que su debilidad está literalmente frente a sus ojos.
Por cada cosa que mencionaba ella se sonrojaba un poquito más. Desvío la mirada a otro lado, estaba pensando en silencio. ──Yo... Confieso que amo torturarte con los pétalos que están detrás de tus orejas. Creo que si alguien más los toca le arrancaré los dedos con los dientes.-
— Tengo fetiches con cada parte de tu cuerpo.- Lo dijo directamente. — Los muslos grandes, las nalgas apretujables, ese rabito tan hermoso adornando tu espalda baja.. tu cintura esbelta, tus pechos pequeños, tu carita redondita y tu largo cabello. Tu baja estatura, tu hornamenta también, pero hay que ser muy delicado con ella, lo sé.- Parece que cuando dice que le gusta cada parte de ella... Va muy pero muy en serio.
──Creo que tienes una clase de fetiche con él.- lo que hace a veces no es muy normal. Pero quién es ella para juzgarlo. ── ummm me lo voy a pensar solo si no andas tirando de él... A veces duele. - se lo está pensando por que en el fondo es una consentidora.
— Ow... Pero el rabito es muy tierno, y me encanta el sonido que emites cuando lo agarro.. ¿no vas a dejarme?- Le está poniendo ojitos ahora.. ahora si se está esmerando en ello. Que no le quite el poder tocarle el rabito. 💔
──A mi no me molesta, tú puedes agarrarme de donde quieras menos de mis astas. - por que las astas le duelen si le agarra de ahí. ──¡y mi cola !- recordó el rabito de ciervo que tiene. Casi lo olvida.
