/Para ser una simple adoradora, resultó más molesta de lo que hubiera imaginado, mas debía ser obvio, tomando en cuenta de a quien quiere seguir realmente.

Fue un error suponer que solo por ver tu cuerpo, me arrojaría sobre ti como una bestia en celo.

/Y justo cuando iba a ponerse cómoda, la almohada está quemándose. Puede verse como la cabeza de la propia Silvanna está ardiendo junto a lo que debería ser una almohada... Pero alza el pulgar aún así; todo bien y correcto. ¿

Sí, largo.

— Después de colocarse el vestido negro, la observa con cara de pocos amigos. Grosera, ni siquiera esperó a que se fuera para ir a la cama.—

En realidad, si tienes algo diferente. Estuve en tu cama desnuda y ni siquiera... Bah.

— Directamente miró la almohada y con un gesto rápido de la diestra, esta empieza a arder. Como está decepcionada en más de un aspecto, al menos le dejaría la almohada chamuscada. — (?)

Adiós.

/Pronto, y tras suponer que finalmente ha comprendido la situación, Silvanna se levantó. No se molestó tan siquiera en contemplar a aquel ser en su habitación, sino regresar a la cama, un lugar más cómodo el que necesitaba ahora que estaba libre el espacio.

Tienes razón, soy igual a cualquier humano común y corriente; perdiste un valioso tiempo al intentar hacer algo conmigo.

— Su mandíbula estaba tensa. Ella estaba en lo cierto, no tenía sentido seguir allí si esa mujer le irritaba tanto. ¿Por qué tantos demonios la querían? Sólo era una humana, una más con complejo de héroe; Gazella se equivocó, no era especial. Dejó caer la manta de mala gana, y buscó por el suelo sus ropas.—

Te buscaba porque sentía que eras diferente. Eres igual a todos, estás ciega en tu propio discurso...

Igual a una niña sin atención...

/Suspiró, no había otra manera de describir lo que hacía esa mujer en tales instantes. Acabó cruzándose de piernas, y acomodando un poco el desacomodado cuello de la camisa que se ha arrugado entre aquel pequeño desastre ajeno.

¿Entonces qué haces aquí todavía? ¿Aún buscas algo de mi? Solo soy un alma cualquiera, así que realmente no tiene sentido el que sigas aquí. Entonces, ¿qué buscas exactamente?

¡Puedo hacer más ruido!

— Gritar era beneficioso, estaba sintiendo más calor por fin. De todas maneras, Silvanna le provocaba rabia y si no se marchaba pronto, acabaría cometiendo una infracción.
Sí, habían reglas e intentaba seguirlas.—

Si estás corrupta, tu alma no es tan valiosa entonces. Estoy perdiendo el tiempo.

Haces demasiado ruido.

/Raras veces ha experimentado que la agitasen de ese modo solo por una caprichosa queja. Silvanna solo pudo resignarse a ello, pues tal y como pudo apreciar, no necesitaba siquiera usar la fuerza en su contra.

No lo soy, y sin embargo, lo seguiré haciendo. Además, nunca afirmé ser la mejor, estoy lejos tan siquiera de ser una buena persona, o lo que queda de ella.

Pero justamente... ¡Es que no hay sentido en cómo piensas!

— La molestia fue creciendo, y usaba una de sus manos para agitarla expresando así su descontento. La otra, seguía apretada contra El pecho estrujando la manta. Estúpida mujer, si su alma no fuera tan solicitada ya la estaría torturando ella misma.—

Cállate. No eres quién para juzgar y condenar entonces de la manera en que lo haces. Tú, no eres mejor.

Los humanos pueden ser tan asquerosos como cualquier otro demonio, eso me incluye a mi. Sin embargo, te equivocas en una cosa...

/Finalmente se ha levantado y, tras girarse, una vez más le ha mirado, el ceño fruncido que demanda la molestia, sombría que podría ser su presencia, aunque parexiera solo una burla para la opuesta.

Todos ellos debería morir de la forma más brusca y cruel existente, mas yo no soy quién debe juzgar y castigar los imprudentes actos humanos. El karma llegará a ellos tarde o temprano que les hará pagar esos pecados.

Ciertamente, sólo soy una niña que quiere jugar...

—Su tono rozaba lo burlón, apretando la manta alrededor del pecho. Bufa después, ¿no había sido clara, o realmente su oferta no le pareció atractiva? Gazella no tenía mucha paciencia con los humanos, pero no había otra opción.—

Entonces, un humano que es un genocida, un asesino despiadado o un sádico no merece la muerte porque es humano, pero los demonios sí. Interesante sentido de la moral...