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Gazella · F
— ¡Claro! Ya se dónde buscarte, mommy. ~

Enseña sus dientes, sonriendo por el comentario. Se notaba una mejoría en su humor ahora que podía irse.
Camina algunos pasos, le lanza un sonoro beso al aire, y desaparece.
— Eres un ángel... Uno caído que huye...

Dejó algunas caricias a esa mejilla, su mirada se posaba en ella profundamente. Parecía que Gazella sufría en silencio y Zephyr lo sabía.

— No tardes en volver, estaré en las profundidades, búscame allí.

Suelta esa mejilla mirando su cuello, estaba como nuevo.
Gazella · F
Estaba cabizbaja. Cada vez que Zephyr le regañaba, se sentía más insignificante. Pero tenía razón, ella siempre tenía razón.

— Eso haré, me estoy adaptando. Tener emociones humanas no es de ayuda... ¿Sabes lo que es la culpa? Yo sí, y me hace sentir enferma.

Su mayor deseo era avanzar tanto, hasta que su humanidad se disuelva y sólo quede su deseo egoísta de causar dolor. Pero para eso, debía hacer "las tareas".
Sonríe a la mayor por unos segundos.

— Volveré pronto.
— Haz caso omiso a lo que dicen los demás... no eres como los otros demonios y... El no hacer tus tareas no se justifica por lo diferente que seas al resto

Dejaba las cosas en claro, Gazella le gustaba pero era su superior y quería que destacará entre los demás, la cuidaba de un peor castigo por eso la maltrataba antes que otros demonios de más categoría. Prefería saber lo que hacía y lo que no para cuidarle.

— ¿Por qué no usas tu diversión para cumplir lo que se te ha dado? Puedes destruir, mentir, todo lo que quieras pero a tu forma.
Gazella · F
— Todo... Lo que yo pueda darte para que me perdones.

¿Qué otra cosa podía hacer? Le diría lo que quisiera escuchar con tal de calmarla y obtener otra oportunidad.
No agradeció ser sanada, en el fondo estaba molesta con esa demonio.

— Creo que pones demasiadas expectativas en mi. Ni siquiera soy como tú, la mitad de lo que soy es...un error.

Recobrando la postura, esa pelirroja traga saliva forzosamente.
La mirada era desconfiada hacia Gazella, inhaló profundamente y exhaló por su nariz con calma. Sus dedos se acercaron a ese cuello maltratado, está vez se había pasado, lo reconoció pero esa demonio le hacía enojar con facilidad.

Sus yema brindaron suaves caricias a esta piel y como arte de magia, una pequeña luz rojiza emanó de esos dedos curando aquel desastre que la misma demonio mayor había provocado.

— ¿Todo lo que quiera? Tsk...hahaha... ¿De verdad Gazella?.

Vacilante retira sus dedos luego de sanarle el cuello.
Gazella · F
"¿Soy tu favorita?" Lo pensó, porque era incapaz de hablar. El cuello dolía, resultado de ese regaño que Gaze no podía rechazar. Zephyr tenía razón, estaba fallando.

La pelirroja tendida en el suelo estira su mano, tomándole por la pierna y apretando, impulsando su cuerpo para levantarse.

— Haré todo lo que quieras.

Inhala forzosamente cuando ya está en pie. Como si esa mujer no acabase de amenazarlo, Gazella el sonríe y agrega con confianza.

— Lo juro.
Se puede morir dos veces... Se puede matar dos veces... Dos veces

—Apretaba más ese deforme cuello hasta soltarle y que cayera en el suelo—

Deja de jugar conmigo Gazella y cumple tus misiones..

—Se acercó apoyando una rodilla al suelo con sus dedos elevó aquel mentón, coqueta le sonríe dejando una lamida larga a esos labios—

Mi favorita... Pero la más rebelde.

—Musitaba soltando ese menton para levantarse—
Gazella · F
Rojo, morado, azul.
Una escala bella y extraña de colores, el resultado gradual de una asfixia. Gazella se lleva las manos al cuello, tratando de quitar el objeto de su presión. Pero, era inútil. Aquella acción era solo un reflejo de su humanidad queriendo el oxígeno para sobrevivir.

Incapaz de hablar, tampoco oye los regaños. Sólo está ahí, sufriendo de pie.
Ah... Maldita seas. ¿Por qué haces lo que te da la gana?

—Chasquea los dedos y la opresión invisible se marcó en el cuello de Gazella de forma notoria, morbida, como si se le fuera a desprender el cuello de la cabeza, le estaba quitando la respiración a gran escala—

Gazella...

—Camina al rededor de ella despacio mientras pensaba—

Tienes que hacer algo tan sencillo como pactar aunque sea una vez en tu vida... Necesitamos almas para llenar el infierno y eres la única que no hace su trabajo. ¿Que tanto te cuesta aunque sea con un solo humano?

—Se cruza de brazos mirando a la joven que seguía siendo asfixiada con esa presión invisible—

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