Suspiró. Vaya, no pensaba que semejante golpe de cabeza tras una caida perpetrada por el viento de Rina era a causa de su sueño. Si,entiende que quizá haya sido algo demasiado brusco pero es que no pudo contener más sus ganas. Hasta expresó otro bostezo demostrando que sigue bastante cansado.
—Es que hace unas semanas encontré esto—
Le enseña entonces un pequeño mapa que había sido escrito personalmente por un anciano que le conoció en ese entonces. Le comunicó que en un templo oculto entre unas praderas había dejado sus últimas pertenencia tales como joyas, oro y otros artículos de sus tiempos como hechicero. Como vio que Gaudy y su amiga parecían ser de confianza, se las quería dar pues no le quedaba mucho tiempo. El rubio le explicó a detalles esto.
[i]—Entonces estuve buscando este lugar a solas y a espaldas de ti. Quería que fuese una sorpresa —
