*La Amazona continuaba acariciando la cabeza de su distraído hijo ya que es un gato adulto pero siempre velará por él. Es obvio que la mente de su hijo andará por las nubes porque está demasiado pasivo y calmo hasta... la guerrera se inclina para oler más de acerca y por el aroma fuerte, asfixiante se da cuenta que está drogandose con marihuana. Sí, con marihuana que la mujer le retira de la boca el cigarro para lanzarlo lejos, tomando a su gato de su rostro para mirarlo a los ojos.*
Tasmania... Ya estás con esa cosa que apesta, el olor es tan penetrante y fuerte. Te estás matando las neuronas, ¿Acaso quieres ser un deficiente mental?. Ya no eres un adolescente o quizás así...
*El gato se podía apreciar que tenía la mirada demasiado perdida, apenas medio reaccionaba cuando sentía las caricias de la amazona sobre su cabeza, se podía apreciar que por andar demasiado perdido, en el sentido literal, se podría decir que hipotéticamente su cuerpo andaba en un lugar y su mente en otro, sin embargo, aquel cigarro que tenía el felino en el paladar de su hocico no era nicotina, sino marihuana, lo cual se podía distinguir perfectamente porque el olor del humo era mas penetrante que un cigarro convencional*
-La Amazona se acercó hasta su querido hijo vicioso que no veía en mucho tiempo, lo extraño bastante ya que la relación entre ambos fue mejorando por mucho que el felino se negará a cambiar siendo aceptado con todos sus defectos. La semidiosa encontró a Tasmania fumando bastante relajado a lo cuál ella se arrodilla frentr suyo para acariciarle la cabeza con cariño mientras le sonrié, emocionada de que este a su lado nuevamente.-
Tasmania, mi hijo fuerte y todo un guerrero. Tu madre te extraño mucho. Que alegría que has vuelto casa. Necesitaba ver a mi querido hijo de nuevo.
