*El gato ahogado entre la cruda y la borrachera del día anterior, lentamente abre un ojo, todavía con el cigarro en la boca, solo para apreciar que su dueña legitima, lo sigue regañando por su errático comportamiento, lo que hace que personalmente el felino se sienta todavía mas incomprendido, y sintiéndose recluido como si lo tuvieran en una especie de prisión desde su perspectiva personal, ya de por sí, no aguantaba sus regaños, y luego en el estado deplorable que estaba aquel felino, oliendo a alcohol en cada poro de su piel, escuchando todavía los reclamos de la amazona, se pre disponía a prender el cigarro que tenía en la boca, con un truco que había aprendido con sus uñas*
MMIIIAAAUUUU!!!!!
*Mientras todavía lo seguían regañando por su mal comportamiento, aquel felino disfrutaba gustosamente del sabor a nicotina en el paladar de su boca*
Tasmania... ¡Ahora eres un fumador compulsivo, además de un borracho!. -Su dueña no puede creer que su querida mascota tenga tantos vicios, es cómo si fuera un felino del mismísimo infierno.-
