— ¡Claro que sí! —

Se levató del suelo y salió corriendo a quitarse su ropa y colocarse ropa más holgada y cómoda; cazar de tacones y vestido era un rotundo NO.

Estaba incluso tan emocionada que meneaba su colita y sus orejitas se movian.

— ¿me enseñarás a cazar patos? ¿qué tal una serpiente? —

La tendrás pronto ya lo verás kyara.

-Se levanta alzando su cabello, acomodandolo hacia detrás vio de reojo a su pequeña acariciándole su cabello-

¿Cazamos juntos?

Claro que se puso dura, no quería que la movieran de ahí, así que comenzó a gruñir y mostrar los colmillos como toda una cría melindrosa.
Y después de mala gana se quitó pero se sentó en el suelo bufando por la nariz.

— Quiero ser hermana mayor y cuidar como tú me cuidas a mi.

Los tendrás pronto pero bajate no podré pensar con claridad pronto la llevaré a casa para que la conozcas

-esa extraña efusividad solo hizo que le sujetara del cuello de su camisa y la levantó como una cria-

Sin pedir permiso, sin saludar, sin si quiera decir algo, se va a sentar en las piernas de él, viéndolo con el cabello así despeinado y harto.

— Apestas a sexo. Espero pronto tener nuevos hermanos. —

Y sin pedir permiso, sea acurruca en su pecho buscando refugio.