— William Smith Johannes III, para servirle, señorita. Y lo agradezco mucho.

Respondió aquel hombre, que como neoyorkino, sabía muy bien que no debía desaprovechar una oportunidad así, 50 millones ya eran algo, por lo que podía sacar provecho.

Griffin por su parte, podía escuchar aquella conversación telefónica, parecía la voz de Marina, aunque sonaba distinta a como recordaba, era evidente ya que eran nuevos cuerpos. Se mantuvo en silencio usando su diestra para masajear su frente y relajarse un poco más, realmente necesitaba salir a por un cigarillo, o tal vez algo de música clásica, cualquiera para calmar las ansias y no tener un episodio...

— No, para nada... nunca le he visto salir con alguien, aunque he tenido clientes que preguntan por su número. Para mí que es gay. Aunque a veces es un escan...

Griffin comenzó a toser como señal hacia el mismo viejo, indicando que dejara de hablar, aún sin mirarle. Ambos sabían que el mensaje erra más que claro, un momento de [...]