Ante aquella reacción, éste cada vez más consternado estaba con esa actitud de niña ricachona comprando a diestra y siniestra todo lo que le parecía atractivo. Quién sabe, parecía que a la semana ésta se aburriría, y le botaría por otro juguete más atractivo. ¿Qué le pasaba a esta chica? ¿Realmente tenía el concepto claro de "todo tiene un limite"?

Sin embargo, esta era una oportunidad única de ganar algo más que las migajas que normalmente ganaba para poder subsistir. Una gota de sudor revelaba algo de nervios, al tiempo en que no comprendía muy bien el motivo de ella. No obstante tenía que aceptarlo.

— Por mí no hay problema, dame 50 millones al fin que ya estoy próximo a jubilarme... he he he.

Agregó el viejo Williams que parecía estar muy dispuesto a ello. Aunque Griffin le miró un poco preocupado, sabía que no duraría mucho en esas condiciones, pues el hombre ya estaba por cumplir su destino, él era otra de las razones por las que éste no se movía de vuelta con sus [...]