-+La joven entraria a aquel lugar en silencio, observando el sitio curiosa, altos techos, ventanales tipo vitrales, todo llamaba su atencion ¿que era aquel lugar tan extraño?
-+La joven le veia en silencio desde el sitio donde se encontraba, sus ojos heterocromaticos (derecho azul, izquierdo rojo) contemplaban al duque que alli estaba. Los largos cabellos blancos de la dama, caian sobre su atuendo militar como una larga y blanca cascada, sonreia, con una extraña expresion mientras apoyaba la mano en la espada, su cuerpo de siluetas sinuosas y pronunciadas, resaltaba en la cascada cabelleril+-Mucho gusto... joven Duque...[image removed]
Las palabras de la albina fueron breves, sus orbes en algún momento se cruzaron con los del caballero aquél más después del incidente una leve reverencia cómo disculpa para retirarse y seguir su camino.
Los pasos relajados y silenciosos de la fémina la llevaron hasta una de las mesas cercanas a alguna ventana, tomó asiento y espero a que le atendieran. Desde su lugar echó un vistazo de nuevo de forma discreta hacía la figura del joven, era de muy buen ver, más luego al sentirse algo incomoda, regresó su mirar a la ventana.
Llegó el servicio, leyó la carta y después de un par de minutos se decidió por comenzar con un Café & un panecillo para acompañar, siguió con la mirada los movimientos de la mesera; sus manos descansaban tranquilas sobre su regazo, sus cabellos adornados con un prendedor oscuro caían gracilmente por sobre ambos hombros, los cuales estaban cubiertos por una chaqueta del mismo color del prendedor, el corte del vestido azul claro que portaba era un tipo de ''v'', un listón negro ajustaba la figura de la mujer, su calzado era igual, oscuro, era un contraste que a ella simplemente le encantaba, colores claros & oscuros.
▬ Es un clima perfecto.
Susurró para si misma justo después de que su café había llegado a la mesa, contempló el panecillo y el cómo salía ese vapor & aroma delicioso del café, fue inevitable no soltar un suspiro acogedor. Se dedicó a observar a las personas que entraban y salían del establecimiento, quizás un poco pendiente de la presencia de aquél varón con el que había tropezado.
**Se sintió un poco apenada por el repentino semblante del desconocido. No estaba acostumbrada a tratar con otras personas, por lo que seguramente sido descortés en su respuesta.
-Oh... no... Disculpeme usted... no quise...
Soltó un suspiro de pena mirando como el hombre extendía su brazo para cederle el paso.**