*[ Una chica de no más de 15 años de edad camina por las cercania donde los jovenes entrenan, ella porta un vestido negro, con algunos detalles en blanco, su largo cabello rojizo es inconfundible, puesto que la chica era mas conocida como ''la chica de fuego''. Continua caminando y llega a una pequeña colina, donde pisa y resbala cuesta abajo ]*
.-Ah~ *[ Se logra escuchar cerca de donde el joven y su acompañante yacen ]*
R. Off: Lamento mi demora en responder su comentario, pero cuestiones personales me tenían completamente ausente de esta red social. Espero me disculpe y aún podamos dar inicio a una bella amistad.
-Se levantaba con lentitud, mostrándose un poco confundida por el golpe- A-Aúch.. -Abría los ojos al escuchar una voz- ¿e-eh?, lo-lo siento mucho señor, disculpe mi torpeza, ¿s-se encuentra bien? -preguntaba preocupada y apenada por su acción -
≈[ Aquel bello bosque que guardaba en el interior de su oscuridad mágicos misterios, se vio bendito por el brillo pálido de la Luna que gobernaba el nocturno manto azulado. Un cristalino lago era el espejo perfecto para mostrar el reflejo del esférico astro diurno, quien con su halo de luz iluminaba una silueta femenina. Una bella dama de esbelta figura, cabellos blancos como la corona lunar, piel nívea como la luz de Luna, su cuerpo se cubría con el oscuro manto de un largo vestido, el profundo color de sus iris celestes reflejaba la inmensidad del cielo y la profundidad del océano.
Aquella dama, se encontraba dentro de un pequeño y cristalino lago dentro del mismo bosque, permitiendo al líquido gélido cubrir solo sus tobillos, sus manos se encontraban simulando una forma esférica frente a su pecho; de ellas, brillantes luceros nacían uno a uno, rodeaban a la joven iluminando su pálida piel con su brillo blanco, para después ascender al cielo oscuro y adherirse a él formándose así las estrellas que acompañaban a la Luna noche a noche. La dama detuvo su labor cuando escucho el crujir del césped, ruido provocado por unos pasos a sus espaldas, por lo cual giro levemente su rostro posando sus zafiricos ojos en la imagen de un joven varón que caminaba a unos metros de distancia, y mostrando en sus labios, pétalos de rosa, una sutil sonrisa, con su melódica voz pronuncia de forma audible.]≈
