— Prefiero una tercera opción... darle algunas plantas junto con unas pociones a la bruja...Y preguntarle si ha estado tan ocupada como me prometió después de que le di cierto singular libro —
Sus ropajes eran completamente distintos a las dos primeras veces que le había visitado, pero la mujer podía reconocer claramente esa aura y esos ojos carmesíes de pupilas rectangulares, además, era la primera vez que lograba llegar a encontrarla en su morada.
- Poseer ese poder de manipular o burlar a la muerte, lo leí en un libro de la biblioteca. -Sustrajo el ejemplar, uno bastante viejo y muy grande, además de ser de los pocos libros genuinos que no todos pueden encontrar, entender o leer.-
— El camino de la brujería no es para cualquiera. O consumes, o te dejas consumir. Los pobres imbéciles que no dominaron sus sentidos, se transformaron en bestias asquerosas.