— Barbaridad es la que comete la religión para la que alguna vez trabajaste, cientos de miles de personas asesinadas en nombre de "la iglesia" promoviendo atroces guerras, despojando, masacrando familias y aldeas completas para reclamar tierras en nombre del "Dios" que veneran.
Si he de rendir cuentas, no será con estos repudiables monarcas que envían a otros como tú para que sigan matando en nombre de la cruz. — Murmuró serena, sin romper su postura, desvió la vista hacía otro punto de la zona que no fuese él, presionando la pasta dura de la lectura con fuerza entre sus manos. — Con este libro que me diste, iré directamente a encararme con el mismo Dios en persona. —

— Teníamos un trato no? Lo justo es que hiciera mi parte, cumplido esto y sin razones para tomar tu cabeza, volveré a mi ciudad. Además, jamás dije que fuese un humano así que tengo derecho a ser estúpido jajajajaja!

Sonrió con su habitual carisma al ver a la bruja relajarse y luego simplemente apolló sus manos sobre las espadas en su cintura para disponerse a retirarse.

—Ojalá no hagas ninguna barbaridad mujer, sería una lástima cazarte en verdad, pareces sabia y con algo que hacer, sería una lástima que eso se desperdicie

— ¿Por qué un cazador que antes acechaba a la “bruja asesina” ahora ofrenda para ella este libro milenario? ¿Sabes cuál es su procedencia y cómo fue arrebatado del aquelarre del norte? Las brujas rojas de ese lugar… — Cerró por completo los ojos y apartó completamente el libro del campo vital del varón, lanzando un suspiro al aire. — Me parece más una trampa que un acuerdo de paz, nadie, ni siquiera el ser humano más estúpido arriesgaría su vida a tal grado tan innecesario. Pero lo aceptaré, con esto lograré dar con el Lemegeton. —

— Y me gane unos cuantos problemas con unos guardas y la iglesia... Pero te prometí que te traería algo único por dejarme salir, y bueno, que mas único que ese tomo en estas tierras?

El mestizo sonrió ampliamente mientras sus singulares ojos de pupilas rectangulares estaban fijos en los de la bruja.

— Esta lo mejor conservado posible y le retiré los sellos que tenía para no poder usarse, aunque claro, no lo abrí ya que no soy capaz de manejar ese nivel de magia, pero algún día vendré a pedírtelo~

Reconoció de inmediato aquel libro que el cazador sostenía sobre sus manos y tan pronto como pudo, lo tomó ella, sin apartar sus ojos de los contrarios. — ¿Bóvedas de material prohibido? ¿Arriesgarse estúpidamente tu vida para traer esto ante mí? —

Los ojos violáceos de la virgen negra, como de costumbre, miraron de arriba hacia abajo la silueta del chico, escanearon a detalle sus ropas manchadas con sangre ¿Se trataba acaso de una trampa? ¿Era idiotez de su parte o en verdad era tan inocente como lo parecía? — La brujería va más allá de cuestiones medicinales, el clero logró... Subordinar a las personas induciendo miedo. Las brujas somos una cosmovisión que gente como tú nunca lograría entender, nadie ve más allá de sus narices. —

— Te prometí algo por dejarme ir aquella vez, aquí lo tienes, instruiré a los pueblos cercanos para que no se acerquen a este bosque o van a encontrar cosas peores que una bruja que solo vive su vida....

Será mejor que me vaya no es así? Parece que interrumpí tu descanso —

— La caza de brujas en esta región ha perdurado por mas de 50 años a lo que eh estudiado y nadie se ha preguntado que.

Parece que algunas eran médicos y la misma inglesia de las aldeas cercanas había mandado asesinos para luego inculparlas y quemarlas.

Je, lamento la irrupción, traje algo... —

Habiendo escuchado las palabras de la bruja el explorador investigo un poco, y por agradable que sea su sonrisa parecía que había masacrado a mas de una persona por las manchas en sus atuendos. Sujetaba un enorme libro al parecer sellado para que no cualquiera pudiese abrirlo y lo extendió a la mujer.
— Estaba en las bóbedas de material prohibido ya que no podían quemarlo, por lo que pude ver, es un tomo muy antiguo de magia arcana y medicinal, puedes conservarlo.