— Hace mucho tiempo que no salimos a cazar juntos. ¿No es una buena manera de celebrar tu regreso? Aquella vez que me quise molestar a Yuki Prakliaty tuve que asesinar a una familia nipona, su sangre es deliciosa. Yo invito la cena, amor.

—Hum... ¿Así que quieres ver correr la sangre? Vayamos en una de tus correrías al mundo humano. Reclamemos algún alma perdida para nuestras huestes... Y que Lucifer se pudra en su trono.

— Me habría gustado verlo... Aunque ir en contra de las órdenes de Lucifer no es tarea fácil. Junto podremos, sí.

—Ah... Suerte que no ha sucedido: me han evitado un asesinato más, pues el incauto a quien hubieran señalado habría muerto sin remedio bajo mis manos. Estoy aquí, mi dulce pecado. Nos enfrentaremos con el infierno entero si es necesario.

— Las cosas no están como antes, cariño... Necesitamos recuperar poder. Lucifer dictó un consejo, se cambiaron las leyes y... Querían imponer un nuevo regente a mi lado.

—No tengo que dar explicaciones a nadie que no seas tú; por algo soy el soberano de estas tierras junto contigo. Háblame de ello, mi Duquesa. Soy todo oídos.

— Diselos a ellos. Hay muchas cosas que mover ahora mismo... Entre eso, un asunto del que no te he hablado; no sé si sea buen momento.

—El universo entero puede esperar. Necesito de ti.

— No he tenido tiempo de mimarte, tú regreso tiene movida a la corte...

—"Debería": tú lo has dicho. Mi pregunta es, ¿por qué aún no lo está?