|- Máximo. ¿El velo es necesario? -| Pregunta el albino a la mitad de aquella gala tan esperada. Un salón entero, abarrotado, se encuentra a espaldas del científico; puede sentir las miradas de aquellos quisquillozos a su espalda, experimenta cómo metículosamente evaluan cada movimiento y cada reacción física algo que, sumado a las multitudes, lo pone muy nervioso ciertamente. Viste un traje de gala y desde la cabeza hasta los pies es cubierto por un largo velo blanco, mientras sostiene sobre la cabeza de su indiscutible camarada, líder y mejor amigo una corona.
Existe un dicho terrícola que declara “Mejor tarde que nunca.” Y vaya que la joven dama lo aplicaba más de una ocasión. Sin embargo, la celebración seguía presente, todos se encontraban felicitando al nuevo rey. La felicidad invadía el entorno, todo estaba lleno de luz y espíritus inquebrantables. Habiendo un clima fresco y agradable para la ocasión.
Mientras tanto, tras un viejo árbol sin hojas, se encontraba una joven dama presenciando dicho espectáculo, mostrando una suave sonrisa en sinónimo de felicidad.
Aquella persona no solo era un “buen sujeto” era un amigo, un líder y un joven que era considerado como un hijo adoptivo. La alegría de este y sus demás compañeros la llenaba de calma y ternura. Casi nunca tenía posibilidad de verlos pero cuando esto era posible, lo disfrutaba más que nadie.
Todos iban de forma sumamente elegante, por lo que ella para no romper la tradición, decidió ir del mismo modo. Portando un lindo vestido largo lila con un ligero escote en e
