[code]La noche había caído en la ciudad de Seatle y yo estaba ahí, justo a unas calles de un pequeño pero concurrido bar. A decir verdad, hacía tiempo que no salía a un lugar similar si no era por trabajo. ¿Quién soy? Qué te importa, hoy es mi día libre, no me molestes con preguntas que no me apetecen responder.
La ciudad se veía animada, habían muchos vehículos transitando, lo raro es que era un lunes. El hombre caminó por las transitadas calles, tanto de peatones como vehículos particulares y comerciales, hasta que llegó a la entrada de aquel pequeño bar. Parecía un tanto descuidado en la fachada, pero por dentro lucía bastante decente. Con una mirada barrió el lugar en busca de un sitio para sentarse. Había gente, pero tampoco a tope. Una sonrisa se dibujo en el rostro del rubio, quien había detectado un banco disponible frente a la barra; para un ex alcohólico, era como un trono para los reyes. No perdió tiempo y avanzó por el lugar con la vista centrada en su destino. Tomó asiento y observó a lo largo de la barra, innumerables botellas con distintos licores (que seguramente estaban rellenas de agua), aunque lo que su vista quería hallar era al barman o a quien quiera que le pudiera facilitar un trago. [/code]
