Wife #2 {Model}
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Ag1564836 · 26-30, M
[code]Angelo paseaba la mirada con desinterés por encima de la concurrencia. Todos eran tan sosos, tan intrascendentes... Meros cazadores de fortunas que no entendían lo que realmente era el arte. Una copa de Merlot reposaba en su mano, que él mecía con distracción, apenas dando unos sorbos para mantener las apariencias, pues no había ido ahí a embriagarse. Un poco de charla vana, sutiles escapes y declinaciones de los corros que se formaban esporádicamente alrededor de él; Angelo, a pesar de su fama, se las arregló para mantenerse a la periferia, esperando la llegada de su musa. El reloj marcaba las ocho de la noche, faltaba poco para dar inicio a la cena de gala. Su naturaleza inquieta y veleidosa comenzaba a hacer acto de presencia, trastornando su humor un poco; Angelo se forzó a sí mismo a ser paciente, aunque nadie en su vida lo había hecho esperar. Ah, pero Fleur... Claro que valdría la pena quedarse un rato más. Su mirada se clavó en la entrada del amplio salón, esperando a que la conocida cascada lujuriosa se apareciera en el umbral para anunciar la presencia de la mujer que anhelaba.[/code]
Ag1564836 · 26-30, M
La inspiración golpea cuando el artista menos se lo espera. Las Musas son veleidosas, su llegada siempre es inusitada. Por más que se les busque, solo cuando el momento es el adecuado, en el tiempo justo para que la creación florezca, harán acto de presencia y voltearán el mundo cabeza arriba para el afortunado receptor de sus gracias. Matia mou! ¡Eso fue lo que me pasó! Me bastó una mirada a aquella mujer, tan grácil y orgullosa en la pasarela, para saber que ella debía ser la insignia de mi próxima colección. Esa figura esculpida por los Dioses; esa cabellera tan larga que parece acariciar su espalda. Verla caminar, balanceándose en sus tacones altos, con ese horrible vestido de Dior que pretenden hacer pasar por moda; pero ella, Musa entre Musas, lo lucía como una toga de oro puro, le daba vida. La tela se volvía parte de ella, su segunda piel. Era ella, tenía que ser ella; solo ella es digna de hacerme diseñar para su cuerpo y de vestir las prendas de mis nuevos lanzamientos. No importa a quién tenga que arrebatársela. En guerre en et amour, tout en vault la peine...
[code]París: la capital mundial de la moda. La Ciudad Luz alberga a gigantes como Chanel y LVMH; es un referente indiscutible cuando se trata de diseño, arte y pasarelas. La Semana de la Moda estaba por comenzar. Los grandes diseñadores se preparaban para lanzar sus últimos repertorios, que serían adorados o vilipendiados, pero nunca ignorados. La suerte de carreras enteras se decide en las pasarelas, bajo los reflectores y las cámaras, ajena a la guerra que se libra tras bambalinas donde todos se disputan el honor de ser el próximo Versace. Algunos, nombres viejos en la industria, solo debían defender su puesto; otros, luminarias en ascenso, tenían que probarse a sí mismos y ganarse a pulso un lugar entre los nombres reconocidos del mundo de la alta costura. No hay lugar para los que solo tienen un golpe de suerte y desaparecen; esos nombres son olvidados de inmediato, antes de que la nueva temporada comience siquiera.
Angelo Diotallevi no era una de esas estrellas fugaces. Conocido como l'enfant térrible de la moda, se trataba de un joven con apenas veintiún años... Pero toda una historia de triunfos a sus espaldas. A pesar de su natural caprichoso y sus legendarios ataques de ira cuando las cosas no se hacían como él las quería, nadie podía poner en duda su genio cuando se trataba de la moda: lanzamiento tras lanzamiento, sus creaciones se volvían un éxito automático, saturando las tiendas más exclusivas y motivando a los competidores, así como a las cadenas de bajo presupuesto, a copiar los diseños y tendencias que él creaba. Apasionado, políglota, un hombre de mundo que vive en las altas esferas de la sociedad, entre la "gente bonita": Angelo era un hombre codiciado, pero que nunca reparó en ninguna de sus frívolas seguidoras. Pero todo cambió cuando Fleur apareció frente a él.
La había visto una sola vez, y con eso le bastó para saber que ella debía ser su musa, la modelo estrella que se convirtiera en el rostro de su nueva campaña. La farándula y la alta costura tienen algo en común: todo se sabe, no hay secretos ni lealtades verdaderas. Así fue como Angelo supo que Fleur estaría en París, durante la Semana de la Moda: el tiempo perfecto para hacerse con ella y convertirla en la estrella que merecía ser. El diseñador no podía creer que una mujer como aquella, de talento natural y figura hermosa, no se hubiera integrado del todo a las grandes ligas, prefiriendo mantenerse en la periferia; mas, si alguien podía mostrarle las mieles y beneficios de codearse con los grandes, era él. De modo que arregló, sin que su nombre saliera a flote durante las negociaciones, que Fleur y su agente fueran invitados a una fiesta hospedada por la casa Chanel; una celebración exclusiva a la que solo se podía acudir por renombre o fortuna, una reunión para el auténtico jet-set. Estaba seguro de que nadie podría resistirse a tal oferta.[/code]
Vv1564759 · F
Vv1564759 thinks you are Clumsy.
