¡Ma-Marise! ~ Alzó las manos, las demás felinas del lugar podían verlas y pensar que hacían cosas extrañas; esa idea la asusto pero, al mismo tiempo, se dio cuenta de lo fácil que era pasar tiempo con su hermana. Diferente al que pasaba en casa. Por ello una risilla se escuchó en el lugar, Fleur rara vez reía. No había podido evitarlo. ~ Eres muy extraña, muy extraña. ~ Mencionó en el mejor de los sentidos.

Bueno...eso es cierto- Observa las suyas y se acerca a su hermana para tomar ambos senos con sus manos- Pero los tuyos son tan esponjosos!!!! Aunque tengo una buena forma no son tan comodos!

¿Mis...? ~ Tras mirarla sorprendida se sonrojó nuevamente y bajó la mirada para verse el tamaño. No se había percatado. ~ Mar, tus pechos son más bonitos y formados... ~ Con el índice se pico la parte superior de uno. ~ No me había dado cuenta de su tamaño antes, no importaba mucho. Siempre me los miden en el trabajo.

-Hace un puchero acercandose- Hermana...tu esposo debe ser feliz...envidio tus pechos tan grandes

Es pasable. ~ Dio varios parpadeos antes de recobrar la compostura y seriedad. ~ ¿Quieres probar? Tienes los mofletes rojos.

Parece que te gustan mucho las cosas dulces ¿Esta rico el helado?