*Por fin todos los hermanos estaban reunidos, Flavio decidió hacer una fiesta, enviándoles un mensaje a cada uno de sus hermanos que decía* "Los espero hoy en la Villa Di Vincenzo a las seis de la tarde, pueden invitar a quien gusten"
Y así fue como tras un baño rápido y poniéndose lo primero que encontró, porque el mensaje lo había leído tarde, salió hacia la villa. Está vez le pidió al chófer que condujera, había estado toda la noche y gran parte del día leyendo expedientes de casos, y tenía la vista algo cansada. Pero de todas formas ahí llegó, a las seis y unos minutos estaba deteniéndose el auto en la villa.
— Eccoci qui....
Se dijo a si mismo una vez que se encontraba parado frente a la puerta de la mansión, se acomodó el cabello hacia atrás antes de abrir la puerta y caminar a dónde se escuchaban las voces lejanas, al parecer ya estaban algunos de sus hermanos.
El mensaje había llegado por la mañana, pero lo había leído cinco horas más tarde, lo de siempre, el trabajo era primero antes que el celular, especialmente cuando se enfocaba en un caso.
Al parecer había una reunión en la Villa Di Vincenzo ¿Era necesario ir? Dudó por unos momentos, tenía demasiado trabajo, pero sabía que Flavio no se la perdonaría si faltaba, después de todo el italiano mayor no era el hermano que haría una reunión por nada ¿No? Además el mensaje no reflejaba emoción alguna.. bueno tampoco era como si Flavio fuese un algodón de azúcar en los mensajes de texto(?). ¿Un acompañante? No pensaba llevar ninguna mujer barata a la fiesta, además de que no confiaba lo suficientemente en ninguna chica, la mayoría no sabía cómo comportarse frente a sus hermanos y esa tarde él no iba a hacer el ridículo.
*Casi tan presionado como una tediosa agenda apretada de trabajo. Jack estaba tenso por los nervios y la inquietud de una reunión. Todo estaba pasando demasiado rápido y se sentía confundido totalmente. Sin embargo, se arregló como siempre; no era llamativo ni tampoco sencillo.
Su única inspiración era su madre, la inspiración para seguir en el negocio familiar sin perder la cordura y ese estilo londinense con el porte inglés heredado de su madre. Así bien, se encontraba con su mano apoyada sobre su mejilla tras mirar la hermosa vista a las alturas dentro de su helicóptero privado. El piloto en cuestión solo era alguien ajeno que habría contratado por esa tarde- noche.
Al cabo de unas horas habría llegado a su destino, aquel lugar que presenciaba desde ya con un ambiente extraño pero con la unión familiar a pesar de no bajar aún. Para cuándo el helicóptero descendió, Jack bajo como si nada, acomodando su traje negro y el Rolex heredado por su padre. Noto de inmediato algunos fa
[code]<< Dieciocho horas en avión y otras tres en auto, se había vuelto una molestia el tener que viajar desde Moscú hasta Villa Di Vincenzo, No lo hacía por su padre, lo hacía por la misma Sasha y por el mero impulso personal de encontrar respuestas.
Llegó en un Rolls-Royce Ghost blaco, sus dos acompañantes: Sergei (el conductor) y Dimitry (el copiloto) fueron los únicos a los que llevó consigo por ser en quienes más confía. Dimitri abrió la puerta para Giovanni, agradeciendo este último hacia su camarada. ―Оставайтесь здесь и помните, я позвоню вам, если вы мне понадобитесь.― Aquellos asintieron serios y se mantuvieron dentro del auto, mientras Giovanni se adentró en solitario hacia la mansión, faltaban tan solo cinco minutos, de los cuales emplearía en su caminata hacia la entrada. Al parecer ya había gente. >>[/code]
Estaba muy nerviosa por lo que pidiera pasar, era el último día que iba a convivir con Luca por su compromiso, algo de lo cual no quiere hablar por el momento, mantuvo la boca cerrada para no incomodar lo en una reunión tan importante, al finalizar la noche terminaría con él así que su rostro muestra una franca sonrisa por estar feliz de convivir con la persona que considera el amor de su vida.
Luca la recogió en el aeropuerto, ella llegó muy bien arreglada con un vestido elegante pero no tan largo aunque si ajustado a su delgada figura y con una corona de flores en sus rosados cabellos.
Dijo al recibir ayuda de su parte para bajar del clásico auto, la casa era mucho más grande de lo que esperaba así que apretó la mano de Luca, estaba aún más nerviosa que antes.
» Había odio por su chica antes de si quiera pensar en llegar a la mansión Vincenzo, nunca antes había hecho una locura como aquella, la última vez no había salido bien, sus costillas no habían quedado del todo “sanas” después de la paliza, pero aún así se tragó la amargura y fue por Gabrielle al aeropuerto, después de todo su familia vivía en Nueva Orleans, como siempre vestía un traje negro e iba lo más pulcro posible con su cabello buen peinado e incluso había usado algo de colonia, bajo de su Rolls para abrirle la puerta a su invitada
— Bienvenida a la mansión cara mía.
Le dijo al tiempo que extendía su mano para que ella pudiera apoyarse en ella, en definitiva no iba a dejar que esa tarde ella lo pasara mal, así que esperaba que sus hermanos y hermanas se comportaran
Ella ya vive en la villa así que se ahorra el viaje, estuvo en su habitación desde el medio día arreglándose para poder lucir espectacular, sus hermanos eran lo único que tenía y planea pasar mucho tiempo con ellos, aunque algo le parece extraño, Flavio haciendo una reunión, eso si que es extraño, es muy asocial a su parecer, pero aprovechara esta oportunidad.
— Sono pronto!!!
Dijo animada y se dispuso a bajar a la hora indicada por su gemelo y ahora líder de La cosa nostra.
**El mas joven de la familia que había permanecido en completo anonimato y silencio fue de los primero que llego a esa casa donde paso parte de algunos de los momentos mas tensos de su joven vida… -Será que esta vez que nos mandaron a llamar será para algo entretenido…- Dijo al aire para si mismo acomodando su vestimenta de tipo oriental, aunque sus raíces no tenían nada que ver con el estilo de vida que había adquirido, esperaba a que sus hermanos llegaran y permaneció oculto en los árboles del jardín**
