Me sorprende que alguien con un rango como el tuyo no conozca las sutilezas de la cortesía. Bueno, me sorprendería; de no ser porque hablamos de ti.
Hizo caso omiso de un comentario que, a su parecer, no venía a juego; una simple pulla más, nada digno de ser respondido. Parte de su socarronería se disipó, pero lejos de restarle imponencia, la acentuó al moderar un tanto su aire mordaz ante la expectativa de que la reunión improvisada tomara un cariz distinto: Astaroth debía tener buenos motivos para hacer acto de presencia, o al menos así lo pensaba Flauros. En vistas a ello, se encogió de hombros, al tiempo de permitir que su forma verdadera asomara: cabello largo y completamente blanco, dos pares de cuernos, y alas majestuosas acorde a su poder y gobierno. Así, todos estarían en igualdad de condiciones.
Oh vaya... Cuanto ego se respira en el aire... -se tapa la nariz con los dedos índice y pulgar, prensándola entre estos, mientras rocía un aromatizante de ambiente para "mitigar" la peste a testosterona-
La sonrisa de suficiencia esbozada por Satanachia no podía ser más grande ante la palabra empleada por su cuñado. "Placer". Tomando en cuenta su relación basada en ofensas y peleas, era bastante divertido oírlo esforzarse por presentarle así.
- ¿Cuantas veces debo rechazar tus avances para que entiendas, Flauros? -asintio con amabilidad en dirección al recién llegado, sin inmutarse por su repentina aparición. No se preocupó en guardar sus alas.- Flauros, ya discutimos de esto. Debido a mi rango es normal que conozca a Astaroth, no lo comprenderías.
La provocación le causó cierta gracia, al hacerlo saber que el doble sentido de sus palabras había sido aprehendido por completo; dándole pie a continuar la burla sin inmutarse por las implicaciones de lo dicho por su contrincante.
Ah, sí. Deva me ha dejado en claro eso... Lo desmedido de tu ego, en comparación con lo que realmente ostentas.
Estuvo a punto de añadir más, cuando una tercera voz familiar se unió al "diálogo"; entonces, su mirada se volvió al recién llegado, inclinando la cabeza hacia él a guisa de saludo. Parecía que había llegado justo a tiempo para mediar en el duelo verbal; aunque bien podría estar ahí como simple espectador que azuzara la contienda. ¿Cómo saberlo, en realidad?
Astaroth. ¿A qué debemos tu visita? No he tenido el...
A falta de una mejor palabra, hubo de prácticamente escupir lo siguiente, con una mueca que la contradecía por completo.
[med]Oh muchas veces se diría entre más alas haya tenido como ángel, pero las formas nuestras son tan variadas y vastas, que es difícil distinguir a este punto..[/med].
Dijo la profunda e imponente voz del diablo llamado Astaroth mientras aparecía caminando lentamente desde las penumbras de la entrada, en aquella forma completa demoníaca inclusive elevándose por unos momentos para sentarse en lo alto de un paredón observando a ambos con sus ojos luminiscentes.
[med]No sé cuánto tiempo ha pasado sin embargo desde que infernales de semejante categoría se han reunido bajo un mismo techo. Pero no es como si hubiese estado presente todo este tiempo para saberlo. [/med]
Las alas de Satanachia ondeaban suavemente de adelante hacia atrás, casi por si solas. Estas cubrían desde el suelo hasta centímetros por arriba de su cabeza. Sabía de antemano sobre el tamaño que poseían las de Flauros, pero fastidiar al duque era uno de sus pasatiempos favoritos. Ver que el otro le respondiera con la misma acción, provocó que pusiera en blanco los ojos, como fastidiado con su actitud.
- No necesito compensar el tamaño de nada, angelito. Si no me crees, pregúntale a tu esposa.
Para alguien de menor seguridad y porte, aquella muestra podría haber resultado intimidante; no así para él, quien observó sin impresionarse el despliegue de las alas ajenas. Se limitó a plegar las suyas, que en ese estado apenas eran una reminiscencia de las verdaderas, y, cruzándose de brazos, respondió, haciendo gala de una voz displicente.
Has hablado como todo un ángel.
Dijo, y con una mirada sarcástica pretendió resaltar el fin de su respuesta.
"El tamaño importa". ¿Intentas compensar algo, por ventura?
La mirada del General repasó de arriba hacia abajo y de regreso al que desgraciadamente era su familiar. Una risa corta y desdeñosa le escapó de entre los labios, sin quitar su característica expresión de asco.
-Supongo que los rumores son ciertos. -ladeando la cabeza, sacó sus majestuosas y grandes alas negras.- Mientras más grandes las alas del demonio, mayor es su rango.
En tal forma híbrida, a medias entre su apariencia humana y sus rasgos infernales, Flauros esbozó media sonrisa teñida de sorna; como siempre, podía contar con Satanachia para ocasionarle algún enfado.
Ah, "cuñadito". ¿Tanto te aburres como para venir con tus zafias observaciones? Entiendo tu envidia, pero no es necesario ser tan obvio...