Fausto es un hombre alto y delgado. Tiene cabello rubio y ojos azules. Algo que lo define físicamente son sus enormes ojeras debajo de sus ojos, que son producto de las desveladas por haber buscado la forma de revivir a Eliza. Otra cosa que lo distingue son sus labios negros y una piel gruesa usada como armadura cosida a su piel del pecho, además antes de cada batalla se le ve inyectándose morfina por adicción; Su vestimenta consiste en que siempre utiliza una larga bata blanca de doctor con un tremendo olor a sangre y a muerte. De vez en cuando aparece con su bata cerrada, una bufanda naranja y un sombrero con una simpática flor en él; Aunque en la mayor parte de la historia utiliza únicamente la bata, unos pantalones azules y unas botas negras. Debajo de esa gran bata solía ocultar el esqueleto de su esposa Eliza. Otro dato de interés es que su nombre completo es Johan Fausto VIII.
Fausto proviene de una reconocida familia de médicos y doctores, por lo que se convirtió en su meta principal llegar a ser un reconocido y exitoso doctor, hasta que conoció a Eliza. Ella padecía de una extraña enfermedad, por lo que Fausto se determinó por cuidarla y protegerla. Ellos crecieron y después de 20 años, lograron vencer aquella enfermedad. Se casaron y juntos abrieron una pequeña clínica y vivieron muy felices, hasta que un día, en un intento de asaltar la clínica, alguien asesinó a Eliza. Fausto intentó todo lo que pudo por revivir a su querida Eliza, hasta que se dio cuenta de que no podía ganarle a la muerte. En un último intento desesperado, Fausto recurrió a los antiguos secretos de la necromancia, escritos por su ancestro Johan Fausto I. En ellos encontró unos que hablaban sobre el Torneo de Chamanes, que se presentaba cada 500 años. Ahí fue cuando Fausto se determinó a convertirse en el Rey Chamán (Shaman King) para poder revivir a Eliza.
Posteriormente gracias a Anna Asakura el consigue reencontrarse con su esposa fallecida y promete ayudar a Yoh a convertirse en Shaman king.
