[+]. . .Secuencia de golpes entre verticales, golpes horizontales, diagonales de manera ascendentes sincronizado con el movimiento e impulso de sus pies a modo de rafaga cada impacto hacia eco y lo terminaria empujando hasta un auto o la pared mas cercana del edificio.

— ¿¡SU VENGADOR!1? ¡hombre que quiere hacer justicia por sus niños! ¡me encanta!

Aun que cada uno de sus enormes puños impactaba en la grasa parte del daño se perdia pues era un escudo perfecto, un oponente que no saliera destrozado a la primera, y eso le agradaba.

— ¿Hm?

Lo nota de inmediato ¿un agarre? ¿buscaba limitar sus movimientos y ganar tiempo? no importaba, Kendo en el lapso del tiempo cambio, pese a dejarse llevar era un poco mas premeditado en las peleas, de forma instantánea encoje sus hombros y recarga los brazos conforme los ante brazos se asoman un poco, era como encojerse pero ese instante giro sus hombros para dibujar sus brazos un circulo a la vez que sus ante brazos contrarrestaran el agarre golpeando en las muñecas del heroe.

Fue entonces cuando como betia arremete sin mas con golpes continuos, es decir impulsaba su su talon del pie izquierdo a este y cargaba y lanzaba un derechazo de forma vertical en el rostro de este empujandolo al mismo tiempo que se impulsaba con el otro pie repitiendo esta serie de acciones conforme daba una. . .[

— Cubriendo su cuerpo con ambos brazos resiste los golpes los cuales parecen ser infinitos por lo que le hacen retroceder momentáneamente.

— Bien, bien, te mostraré de lo que soy capaz.

Aunque se ve gordo, no es lento y sus golpes tampoco por lo que extiende los brazos en busca de un abrazo de oso para ir inmovilizando las extremidades de este. Siendo el arma más letal de este.
Aunque ha absorbido el daño de primera instancia no es lo suficientemente fuerte para usar toda su grasa y usar su puño de lanza.
Por lo que con dicho abrazo pretende inmovilizarlo a como de lugar.

— Loco de peleas, pagarás por lo de Katsuki y Red Riot.

En su mente sigue el deseo claro de vengar a sus amigos los cuales Kedo les rompió los brazos a ambos y de nuevo resurgir aquella rivalidad.

[+] . . .Poco a poco en cada impacto moviéndose entre golpes rectos y golpes de costado en su rostro, con un lanzamiento de seis segundos y un retroceso de diez segundos repitiendo dicha accion.

— ¡Tanto tiempo esperando para esto! ¡Bien, el segundo round!

La tension en aquel terreno crecía como una capa que absorbía a ambos guerreros, ambas armas; una lanza y un escudo, de ese modo presionaba ambos puños conforme el sonido del pequeño estrujo de las correas de sus guanteletes se hizo mínimo. Empezaría a trotar solo para segundos despues acelerar el paso hasta acortar distancia.


Con un desliz del pie izquierdo presionando el talon este sin mas se impulsaria para arremeter contra su voluminoso rival con quien le tiene buena estima, levanta los ante brazos y recarga un poco este, tomaria una ofensiva directa y brusca, lanzando una metralla de golpes gracias a su kosei, Strongar, el movimiento de sus hombros permite que sus brazos se muevan a velocidades extremas, sabia que el contrario al tener un cuerpo con sobrepeso absorberia parte de los golpes pero sus enormes puños penetrarian. . [+]

— Pese a su obesidad y gran tamaño escucha el paso de alguien. ¿ Un villano ? Pensó para si mismo y al ver a ese coloso choca sus guantes los cuales están listos para la acción y porque no. Reformar a esa alma que ha errado el camino. —

— Bien, creo es hora de ponerse serio.

— Sonriente al ver que alguien le dará batalla, sabe que su cuerpo voluminoso es de gran ayuda por lo que en pose defensiva se aproxima a este para darle una grata bienvenida. —

— Miren esa sonrisa de alivio, que encantador sin duda aun que hay algo de miedo en tu rostro. — A unos cuantos pasos suaves salio de las sombras aquel enorme hombre de aproximadamente 2,10 cm de alto, cubriendo su rostro con aquella mascara de la peste, estaba a espaldas de aquel pro-heroe, su rival, el escudo, FatGym. Se encontraba a una distancia prudente conforme presionaba sus enormes puños los cuales llevaba en ellos unos guanteletes y unos metales en sus nudillos la sonrisa de aquel yakuza crecia con la presencia de aquel invidivuo. — . . .Parece que me voy a tener que quitarme las ansias contigo. . .—