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"𝐑𝐞𝐧𝐚𝐜𝐞𝐫 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐞𝐬𝐭𝐫𝐞𝐥𝐥𝐚"
𝐏𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫 𝐫𝐞𝐭𝐫𝐚𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐫𝐞𝐢𝐧𝐚
𝐎𝐛𝐫𝐚 𝐫𝐞𝐚𝐥𝐢𝐳𝐚𝐝𝐚 𝐩𝐨𝐫 𝐞𝐥 𝐩𝐢𝐧𝐭𝐨𝐫: 𝐃𝐞𝐬𝐦𝐨𝐧𝐝 𝐀𝐫𝐜𝐡𝐢𝐦𝐢𝐝𝐞𝐬.
 
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FAs1564284 · F
[code] —¡Cuánto cinismo en una mente tan brillante! Pero no se me conoce en vano como la reina más astuta que ha habido. ¡Sirvientes! Manden a traer a quien sea el segundo mejor artista. Hoy su reina ordena que cada pintor que realice el primer retrato real deberá ser retratado después con su modelo.
El pincel de Dante se detuvo y, con la boca bien abierta, miró a Ériu con una expresión de ofensa tan graciosa que le arrancó a la Estrella Madre una risilla melodiosa.
—¿Volvería a pasar por esta tortura solamente para castigarme?
—Por supuesto que sí, mi buen amigo, pasaría por cualquier tortura que me permita pisotear un poco tu inflada cabeza.
—Eres el mal encarnado en un angelical rostro.
—Eso me han dicho, ahora pinta, quiero tener tiempo de retirarme este atuendo y ponerme otro para cuando inmortalicen nuestra bellísima amistad. [/code]
FAs1564284 · F
[code] —Eso ha sido grosero —la reina de Xeivia frunció el ceño y con eso arruinó un poco de la impresión tierna que Dante quería dar a la pintura; empero, esta vez no se quejó porque encontró en esa expresión el perfecto balance entre lo que ella era: una niña apenas transformada en mujer —, ¿ya se me permite ordenar que te cuelguen?
—Sí, ya se le permite ejecutar a quien quiera.
—Ugh, el problema es que prometí no ser como mis abuelos y dejar de quitar vidas a diestra y siniestra, pero me lo pones tan difícil, Desmond. Dime, ¿tú encontrarías placer en ser dibujado y en tener que permanecer de pie y quieto como estatua durante horas?
—Confieso que el que no hagan mi retrato para la posteridad es un privilegio que adoro no poseer. [/code]
FAs1564284 · F
[code]—¿Es esto absolutamente necesario? —cuestionó Ériu a media voz, moviendo los labios mínimamente para articular las palabras.
—Es una tradición real que se pinte un retrato de cuerpo completo de cada regente de Xeivia justo después de la coronación, su majestad. —Desmond suspiró con pesadez, quizá era la quinta o sexta vez que ella interrumpía su trazo por tener que hablarle.
—Me parece una tradición vanidosa. Con mi nombre en los libros de historia y las canciones que entonan los bardos en mi honor debería bastar para "conmemorarme". No me malentiendas, soy una fiel admiradora de tu trabajo, pero los pies se me están acalambrando.
—Ciertamente le haría mejor a su vanidad que no se pintara ni una sola obra sobre usted. [/code]

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