El Rey puso en duda tal ofrecimiento de la doncella, siendo aquello demasiado bueno para ser verdad. Sin embargo, iba a estar en todas sus posibilidades el lograr descifrar qué estaría probablemente tramando la joven.
— Muy bien. En ese caso, ven a mis aposentos esta noche...
— ¿Qué quieres a cambio? — El rey estaba casi seguro de que una propuesta así de beneficiosa para él, debía tener un precio a cambio que debía de pagar. —
La propuesta de Agatha era demasiado tentadora. Mientras más pronto lograra embarazarla, más rápido podría llevar a cabo sus planes de derrocamiento de Kalessa y dominio absoluto de la Isla de las Maravillas. Después de todo, ya el Rey Siro conocía sus oscuros planes y debía buscar la forma de destronarlo, aunque aquello le costara la vida. Pero tendría como garantía a su heredero.
*Sin duda su semblante cambio y hasta su mirada. Aquella tristeza había vuelto a ella ya que nunca pasó por su mente que el ser a quien más ama fuese capaz de haberle tratado así.*
Descuide su alteza, tiene algo de razón. Es más pensaba que podría darle lo que usted más desea sin llegar a un altar.
*Dijo ya que había percibido que el no la ama como dijo y es que quien puede amar en tan solo tres días a otro ser*
Ezhno se mantuvo en silencio ante la respuesta de la doncella, esperando el momento en que ella se desahogara. Cuando dejó de hablar y la vio llorar, extendió sus alas y voló hacia ella, acercándose un poco y tratando de consolarle con el pico.
— Lo siento... No pensé que todo eso iba a lastimar tus sentimientos, Agatha. — El águila se disculpó con algo de dificultad hacia ella, ya que lo consideraba algo exagerada la reacción de ella. No obstante, no le gustaba verla triste.
— Habría sido exactamente lo mismo que viste hoy, porque ambos se conocen desde siempre y no se ven carnalmente... — Le respondió con su ceño levemente fruncido, pareciéndole algo fuera de lugar la perspectiva expresada por la búho. — ¿Acaso me estás celando con quien considero como a una hija para mí? Di la verdad.
