Su cuerpo se acopló a él de forma inmediata y perfecta, su emoción no podía ser medida en ese momento íntimo entre ambos. Podía regocijarse tanto como deseara de esa atención que ella consideraba sobrehumana pero era por todas las consideraciones y cariños que él estaba tan dispuesto a darle, nombrándolo como el amor más puro. Sonrió y no sólo eso, sino sintiendo el cosquilleo, como su piel se erizaba y respondía a su amado.
Su voluptuoso cuerpo restregó en el abrazo más fuerte que podía darle, siendo este el resultado de escucharle.
—Amore mio, rimarrò oggi e sempre al tuo fianco. Sarò l'unica donna, essere vivente che ti ama in un modo che anche gli dei saranno gelosi ma, allo stesso modo, oggi ci danno la loro benedizione affinché io possa avere la fortuna di averti...