Al ver que concluyó con el baile se acercó con una charola que contenía múltiples copas entre estás se encontraba la de vino y champagne la cual una vez que escorpió se acercó lo suficiente a su pareja cambio de color sus ojos solo para que notara un poco su presencia, mientras iban tomando las copas una por una, comenzo a sonar una melodía sumamente suave haciendo que el salón se oscureciera para solo iluminar el centro donde se encontraba viviana, al parecer para los mafiosos ella era la atracción principal
Trato de estar a la altura de la situación, un giro; un despliegue y regresaba a los brazos de aquel hombre que se atrevía de tomarla por su cintura; recibiendo miradas de aprobación por parte de Gabriele complacido a mas no poder de la joya principal de la corona.
── Señor al terminar la pieza, si fuera tan amable de
dejarme ir no me siento bien. Saco a la luz de manera agridulce, obteniendo el permiso deseado, claro que no sin antes preguntarle cual de aquellas jóvenes le parecía una buena adquisición, cual de ellas podría convertirse en un objeto que trajera así como ella prestigio, esas palabras la hicieron morderse el interior de la mejilla, haciendo una pequeña señal en busca que dejara pasar su pregunta, no deseaba responder, nadie merecía entrar en ese infierno.
Al principio comenzó a buscar a su pareja ya que ella no le gustaba para nada ese tipo de reuniones incluso la gente de la mafia tenía órdenes de dispararle a aquel prototype ya que siempre estaba interrumpiendo en los planes de estos, sin tener opción decidió infiltrarse en esta haciéndose pasar por un mesero, tanta gente reunida en el salón principal más la música de baile hacían que se confundiera de forma leve aún intentandola buscar con su mirada hasta que por fin logro verla
sonreír o incluso bailar con ellos aunque por dentro no dejaba de maldecirlos.
Fue entonces que en uno de esos bailes, logro soltarse para perderse y tomar una vino buscando refrescar su garganta; y desconectar parte de sus pensamientos. ─ Señorita ¿me concede esta pieza? ─ Negó con educación pero al divisar bien al hombre detrás haciendo señas que no debía negarse acepto, tomando su mano para danzar a la lumbre tonada de un violín triste.
Que asco, que descarado le resultaba rondando incluso en la inmundicia del mundo; como odiaba pertenecer a ese mundo, el baile de mascaras era la fachada perfecta logrando reunir a grandes masas, ocultándose a plena vista casi si disimulo los alto se devoraban con la mirada a las chicas mas jóvenes, señalándolas como si compraran un par de zapatos... Viviana deseaba vomitar.... Entre mas tiempo estaba en aquel lugar, escuchaba diversos comentarios obscenos que activaban su lado maternal pensando en sus hijas, queriendo mantenerlas a toda costa lejos de tal mundo lleno de inmundicia.
── Me volveré loca en este lugar. ─Comento para
ella misma, tocando a duras penas su frente.── Nunca permitiré que sepan de su existencia.
[i]Prefería ser siempre su blanco a que tocaran o osaran acercarse a sus hijas, no deseaba estar allí, eso era evidente, pero debía mantener las apariencias, hablar con algunos del alto mando[/i
Bienvenido al Baile de mascaras Amada rosa has de bailar hasta que tus pies sangren decorando el blanco marmol, con tu aroma debes llenar cada parte embriagando a los inocentes, y tus espinas deben herir el corazón de los corderos. Recuerdales que eres letal.
La noche había llegado insinuosa, llana, neutral casi pasajera... Entre miles de caras irreconocibles se paseaba Viviana casi florando sobre una nube, sus pasos no se escuchaban la misma imagen de la elegancia que proyectaba era acompañada por una postura casi de la realeza alcanzaba llamar la atención de los compradores; como el preciado ejemplar que poseían la Ndrangheta, subiendo el estándar de los nuevos prospectos para adquisición. [...]
